The Reader

Ayer en la noche fuimos en bola a ver The Reader. En la tarde jugamos futbol, y en algún momento del partido no sé exactamente qué ocurrió con mi espalda que en la noche me estaba matando; casi no podía caminar.

El sentido común indicaba que me quedara; pero quería ver la película y además dos de los compañeros del curso regresaban a casa, y quería participar en su despedida, así que fui. Saliendo del cine me di cuenta de que casi no podía seguir caminando, y me regresé a la Vila a pasar una noche infernal. Pero bueno, vi la película.

Se aplican las de siempre.

The Reader

The Reader

The Reader es una película muy barata y predecible. También está muy bien hecha y magistralmente actuada, además de que me gustó mucho; pero eso no le quita lo barata.

La historia es de un abogado (Ralph Fiennes) que rememora su adolescencia y juventud (ahí interpretado por David Kross), cuando conoció a una mujer veinte años mayor que él (Kate Winslet) que tuvo a bien desvirgarlo. Al poco tiempo de haber comenzado a coger, él comienza a leerle libros a ella.

Así están un tiempo hasta que ella desaparece, y él no la vuelve a ver sino hasta casi diez años después, estudiando derecho, cuando va a un juicio en contra de ex guardias de la SS en un campo de concentración satélite al de Auschwitz, descubre con sorpresa que ella es una de las acusadas.

La película es lenta en casi todas sus partes, y de verdad es medio obvio todo lo que va a ocurrir en ella. Tiene algunas partes bonitas, y la idea que presenta acerca del pueblo alemán y los problemas que tienen las nuevas generaciones para entender (o tan siquiera vislumbrar) los crímenes de las anteriores es interesante, pero creo que pudo haber sido mejor presentada.

La verdad yo me la pasé aburrido casi todo el tiempo, aunque la película tiene varias partes entretenidas; pero la verdad no sé si recomendarla. Es buena; sólo a mí no me gustó mucho.

Después de pasar una noche donde cada vuelta en la cama me causaba un dolor insoportable, al otro día descubrí con pánico que el dolor no sólo no había disminuido, sino que había aumentado. Después de pasármela en cama hasta cerca de las dos de la tarde, Víctor me pasó su Voltarén e ipobufreno, y un par de horas después al menos pude ir a lavar mi ropa.

Ahora puedo caminar, pero no sé qué tanto es que esté mejorando, y qué tanto es la medicina; espero que para mañana ya esté bien, no quiero estar inmovilizado otro día.

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