A un paso de la muerte

Mi baño no tiene ventanas; en su lugar tiene un ventiladorcito que cuando lo prendo (generalmente después de bañarme) se encarga de sacar el vapor del agua caliente.

El otro día descubrí que lo que yo creí era óxido detrás de las llaves de la regadera, era realmente suciedad que yo no había notado. Como de verdad estaba muy sucio ahí, saqué mi botella de cloro, porque he descubierto que realmente no hay nada mejor para lavar (y de paso desinfectar) cualquier cosa que no pueda despintarse.

(Eso incluye el recipiente para café de mi cafetera; cada dos o tres usos, no importa que tan bien lo lave, siempre comienza a tomar un tono –valga la rebuznancia– café. Dejarle un chorrito de cloro reposando durante unas horas se encarga de limpiarlo por completo).

Ya entrado me puse a tallar el yeso entre varios de los mosaicos, porque comenzaba a tomar un color decididamente amarillento. No llevaba ni quince minutos en el asunto, cuando me percaté de que me estaba costando mucho trabajo respirar. Yo soy chilango, y estoy convencido de que el esmog y la altura en general han causado que mutemos para poder respirar sin problemas casi hasta en desechos tóxicos; por lo tanto yo creo que tardé en darme cuenta de que de hecho respiraba con dificultad.

Después todo se dio de golpe; una náusea espantosa, ardor en los ojos, me comenzaron a temblar las manos y de hecho ya no podía respirar. Dentro de mi pánico me di cuenta de que tenía que ser el cloro, así que cerré la botella, abrí la regadera, y (ya con algo de dificultad) prendí el ventilador del baño, para después abrir la puerta del mismo y respirar aliviado el aire fresco del exterior.

No sé si en realidad estuve a punto de desmayarme (tardé varios minutos en recuperarme), pero si sí no sé qué habría podido pasar conmigo desplomado en el piso de mi regadera saturada de cloro, con el baño cerrado y sin ninguna ventilación para motivos prácticos.

Lo que sí es que si me moría así habría sido la forma de morir más pendeja que podría haber encontrado.

6 comentarios sobre “A un paso de la muerte

  1. Estas en lo cierto; esa hubiese sido la forma mas pendeja de morir. ¡Afortunadamente estas bien!

    Creo que todos hemos hecho estupideces monumentales como esa y hemos vivido para contar y reírnos de nuestros lapsos de estupidez.

    ¿Qué hubiera sido de ti si hubieras usado amoniaco?

  2. Creo que hubiese sido una muerte un tanto literaria, como en el cuento de García Márquez, donde el médico muere por un veneno deribado del plomo en el cuarto encerrado… un tanto “tonto” diria yo, hay que manipular con cuidado los líquidos estos peligrosos, para luego reirnos jejejejeje….

  3. Seguro que te quedó el olor del cloro en la nariz por días. No exageres con el uso de cloro es un poco peligroso, como ya habrás notado.
    Que tengas un buen inicio de año!

  4. Bien. Al fin te encontré. No me conoces, ni yo te conozco, pero hace un par de años comencé a buscar información de Linux y por azares del destino me topé con tu blog, el cual leí hasta que lo cerraste.
    La verdad.. No me acuerdo ni como se llamaba, pero me gustó la forma en la que lo armaste. Hace rato no sé ni que estaba haciendo que recordé tu nombre, lo busque en Google y encontré tu blog.
    Ya está agregado en Sage, espero que no vuelvas a medio morir con cloro, por que vaya que es una forma muy pendeja de morir… Espero que sigas escribiendo por que aun recuerdo ese día que me cagué de la risa leyendo cuando fuiste a California a estudiar y que asustaste a un negro de 1.90m y 120 Kg en un elevador.

    Saludos, y te deseo un buen año

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