WordPress 2.5.1

Actualicé mi WordPress a la versión 2.5.1. Cada vez es más fácil hacerlo; ahora ni siquiera es necesario desactivar los plugins antes de hacerlo.

Por todo lo demás, sigue igualito.

Me gustaría que la siguiente versión escribiera entradas por sí misma.

Generalmente más de doce horas

Creo que no me había dado cuenta de que de verdad paso mucho tiempo frente a la computadora, hasta estos días que sólo he podido pasar enfrente de ella un par de horas antes de cansarme.

Por supuesto no sería tan grave si no fuera por el hecho de que tampoco puedo ir al cine, o ver mucha tele, y mucho menos leer.

Qué bueno que mi colección de música estaba en orden; si no me estaría aburriendo mucho más de lo que de por sí estoy.

Medio lleno

Hay cosas que uno hace que salen del todo bien, o salen del todo mal. Generalmente hay puntos intermedios; y de esas hay algunas que salen exactamente 50% bien, y 50% mal.

Me acaba de pasar una de esas, pero he decidido ver el vaso medio lleno.

Entre otras cosas porque si no, no vería ni madre.

“Estimado usuario…”

Me levanté para descubrir que no había interné. Primero comprobé que mis cables estuvieran bien, reinicié el módem DSL y mi AP, y traté de conectarme de nuevo, sin éxito.

Después llamé a Telmex, donde me salieron con que “Estimado usuario…” blah blah blah, no interné.

Fueron varias horas; cerca de cinco. Me estaba dando síndrome de abstinencia.

Eclipse

Para un proyecto en el que estoy trabajando volví a programar en Java, y por fin decidí utilizar Eclipse. Llevo años evitándolo porque si voy a utilizar un sistema operativo para editar archivos, entonces prefería utilizar XEmacs. Pero pues estoy tratando de actualizarme, así que decidí probarlo.

El IDE tiene un montón de cosas bonitas, y ciertamente la autocompleción de código y la refactorización automática son fabulosas. Tampoco se siente muy pesado ni en mi máquina grande ni en mi laptop. Pero a la hora de editar texto, XEmacs sigue siendo mucho mejor.

Igual y es sólo que me acostumbre a los atajos de Eclipse… pero la verdad lo dudo.

Voy a terminar este proyecto con Eclipse, pero no sé si lo seguiré usando para programar en Java. Igual y sí; tiene cosas muy simpáticas.

Treinta y uno

Hoy cumplí treinta y un años. Considero bastante productivo el primer año de mi tercera década; escribí una tesis, me publicaron un libro, me titulé de la maestría, y ando metido en otro de esos eventos que se supone son “importantes” en la vida de uno. Más de eso después.

Ayer anduve justamente en eso, y luego en la noche fui a ver de nuevo Iron Man, sólo esta vez con mi hermano. Hoy fui con mi familia a comer al Churrasco, y básicamente esa fue la única celebración que hice; con mis cuates me reuniré después, cuando el megapuente y el día de las madres haya pasado.

Qué carajo voy a hacer en el segundo año de mi tercera década está por verse, pero tengo algunos planes. Me gustaría que una televisión LCD de 52″ fuera parte de ellos, pero lo más seguro es que tenga que “conformarme” con uno de 40″.

No han sido tantos

Juan: Podrían ir al cine (a ti no te cuesta).
Yo: Viejo; no me alcanza para el boleto de ella.
Juan: No tienes que pagárselo .
Yo: ¿Ah no? Mira; he vivido engañado todos estos años.
Juan: Es la ventaja de vivir en el siglo XXI.
Yo: Ah; entonces sólo fueron ocho.

Una intrascendente y un cómic

Como comentaba, ayer fui a ver dos películas. Se aplican las advertencias de spoilers de siempre; pero ahora sí es de verdad: no lean mi comentario hasta ver Iron Man. La otra película es intrascendente, entonces ésa sí léanla.

  • Made of Honor (Quiero robarme a la novia).
    Made of Honor

    Made of Honor

    Más de diez años despues de hacer My Best Friend’s Wedding, a los gringos se les ocurrió hacer lo mismo pero con los géneros invertidos. Sólo que al final el tipo sí se roba a la novial; no como en la película de la Roberts.

    (Podría entrar en lo sexista que me parece eso; ambas películas son básicamente iguales; pero mientras en la de Julia Roberts la chava tiene que aguantarse y dejar a su amado para que se case, en ésta el güey obtiene su segunda oportunidad. Pero bueno.)

    Yo en parte la quería ver porque ya soy fan de Grey’s Anatomy, y porque de verdad no puedo creer que Patrick Dempsey ahora la haga de indiscutible galanazo cuando hace veinte años la hacía de mega nerd en películas como Can’t Buy Me Love… que por cierto, es mejor película que ésta.

    Tom y Hannah son amigos desde hace diez años cuando se conocieron en la universidad (que por cierto, es una escena muy bien hecha porque de verdad se ven diez años menores los dos chavos), y Tom se precia mucho de tener sexo con multitud de mujeres, y la compañía de una chava como Hannah.

    Un día Hannah se va a Escocia por motivos de trabajo, y durante su ausencia Tom descubre (diez años después) que con quien quiere estar es con Hannah, y decide decírselo cuando regrese. Por supuesto, Hannah regresa enamorada y comprometida con un escocés guapísimo que además es para motivos práticos perfecto.

    Hannah le pide que sea su “damo” de honor, y Tom acepta porque decide robarse a la novia. Y después de hora y media de múltiples enredos, Tom consigue su propósito. Y tantán, esa es la película.

    Me divirtió bastante la película, y Patrick Dempsey sí actúa muy bien, junto con Michelle Monaghan (que es bellísima; yo sólo la conocía de Mission: Impossible III, pero aquí brilla) y Kevin McKidd como el perfecto escocés. Pero es una comedia romántica completamente intrascendente; tal vez algo menos pendeja que el general, y ciertamente disfrutable. Mas si van a ir a ver una comedia romántica al cine, yo sí les recomiendo más Definitely, Maybe.

  • Iron Man (El Hombre de Hierro).
    Iron Man

    Iron Man

    De películas basadas en cómics de superhéroes (para descartar cosas como Sin City o V for Vendetta), yo creo que Batman Begins, X2 y Spider-Man 2 son las mejores que se han hecho.

    O eso creía hasta ayer, al menos.

    Iron Man es tal vez la mejor película basada en un cómic de superhérores que se haya realizado. En gran medida esto es por la increíble actuación de Robert Downey Jr., que sin duda se conectó con el personaje a niveles que muchos tal vez no podamos comprender. También están las actuaciones de Gwyneth Paltrow como una perfecta Pepper Potts, y un irreconocible Jeff Bridges como Iron Monger. Los efectos especiales hacen que uno crea posible que Iron Man exista, y además es una película muy divertida, todo el tiempo, y con un soundtrack de rock/metal que es perfecto para el tipo de superhéroe que es Iron Man.

    Pero la película es sin duda de Robert Downey Jr.; el tipo es Tony Stark.

    Tiene sus fallas, sin duda; los villanos son bastante caricaturescos, y el papel de Stark como constructor de armas no toma en cuenta todo lo relacionado con el gobierno gringo. Pero la verdad son fallas menores; la película es básicamente perfecta, y disfrutable en todos los sentidos.

    Y al final final (después de los créditos) sale Samuel L. Jackson como Nick Fury mencionando a los Avengers; nada más por eso valdría verla también.

    Quiero ver cómo sale The Dark Knight, que se ve bastante bien; pero hasta que salga creo que es muy seguro decir que Iron Man es la mejor película de superhéroes que se ha hecho, y la que las demás deben tomar como base para hacer comparaciones.

    Véanla. En el cine. Varias veces.

La pendejada

Mucha gente cree que yo soy listo.

Eso no es de extrañar, dado que durante muchos años yo he fomentado ese mito; en general trato de no hablar de lo que no sé, y cuando me están explicando algo que no entiendo, yo afirmo con la cabeza y dejo escapar expresiones como “ajá”, o “mmmmh”, mientras miro a mi interlocutor con ojos que únicamente reflejan profundo y claro entendimiento. Si me siento con suerte, incluso a veces hago un comentario que me parece no delatara lo que realmente pasa por mi cabeza.

Y lo que realmente pasa por mi cabeza generalmente es “no tengo ni puta idea de qué está diciendo este tipo”. Así he vivido durante años alimentando la falsa idea de que soy inteligente, cuando a mí me queda clarísimo que soy rete pendejo.

Como le decía William de Baskerville a Adso de Melk en la fabulosa novela El Nombre de la Rosa, equivocarse es de humanos; pero hay humanos que se equivocan más que otros, y a éstos suele llamárseles tarados. Me parece justo entonces que si alguien comete muchas pendejadas, se le diga a ese alguien pendejo.

Y, oh, cómo he cometido yo pendejadas.

Tomemos hoy (bueno; técnicamente ayer) por ejemplo. Quería ir al cine, y consulté por Internet la cartelera. Había dos películas que quería ver, y otra que no tanto, pero que Enrique me recomendó y entonces si no la veo probablemente se ofenda. Vi con agrado que si me iba en ese instante llegaría justo a tiempo para la primera, y me fui rete contento; llegué un par de minutos antes de que comenzara la función.

Esa fue la primera pendejada; no era un jueves normal: era jueves de mega puente. Ergo, había un chingo de gente; por supuesto no alcancé boleto para la primera película (que era la recomendada; así que no me dolió mucho). Compré los boletos para las otras dos, y me regresé a mi casa a trabajar.

Tres horas después estaba de regreso, y cuando saqué el boleto de la primera película, vi con horror que no era la película que yo quería ver. Yo quería ver Quiero robarme a la novia, y tenía en la mano el boleto de Nunca podría ser tuya; se equivocaron al darme mi boleto (yo pedí la película correcta estoy seguro), porque las dos comenzaban exactamente al mismo tiempo.

(Podríamos entrar a debatir que ambas películas probablemente sean igual de malas; pero eso ni al caso viene.)

Con unos cuantos minutos antes de que comenzara la que sí quería ver, corrí a servicios al cliente para explicarles que, pendejo de mí, no revisé que el boleto que me dieron horas antes era de hecho el de la película que yo quería ver. Podía ver en las pantallotas que dicen cuántos boletos disponibles tiene cada sala que aún había lugares en la que sí quería ver, y pedí un cambio. Me salieron con que no se podía, que ya era muy tarde.

Ahí entré yo a la discusión más estúpida de la historia, tratando de explicar que a mí no me costaba nada el boleto, pero que aún había lugares en la que quería ver, y que no quería ver la película de la que sí tenía boleto. Y además con mi batea de babas porque la culpa fue mía (en parte) por no revisar mi boleto.

Después de un par de angustiosos minutos mientras llamaban al jefe, y luego al jefe del jefe, me dieron mi boleto; pero todos y cada uno de los que me atendieron, cuando su subordinado inmediato les explicaba que el pendejo del cliente (dícese, yo) no había revisado su boleto dos horas antes cuando se lo dieron, y que ahora salía con el chiste de que quería un cambio un par de minutos antes de que empezara la función, volteaban a mirarme con una cara de “pero qué pendejo eres, maestro”.

Así que mi engaño de que soy listo se cayó completamente para todos ellos; vieron directamente a la penosa verdad: que soy un pendejo.

Qué bueno que no trabajo con ninguno de ellos. Mañana (técnicamente, hoy) hablaré de las películas. Hoy estoy muy cansado.

El Escarabajo Azul

No me gustan los gringos.

Esa frase es indiscutiblemente un producto de mis prejuicios, que ya he discutido aquí antes. Cuando digo “no me gustan los gringos”, en general no me refiero a todos los gringos; me refiero a su gobierno, o a su política exterior, o a varios aspectos de su estilo de vida. Sin embargo a veces sí me refiero a todos los gringos.

También hay que tomar en cuenta que cuando digo “gringo” generalmente me refiero a un WASP; pero no me voy a hacer güey, a veces “gringo” para mí abarca negros, asiáticos, musulmanes y sí, inclusive, latinos.

Por todo eso cuando digo “no me gustan los gringos”, la frase no es sólo discriminante (que lo es); también es adrede muy ambiguo y genérico contra quién estoy despotricando. Pero aún así (ambiguo y discriminante) lo sostengo: no me gustan los gringos.

Dicho eso, los gringos y los mexicanos tenemos una relación simbiótica, nos guste o no. La historia de Estados Unidos (expecialmente a partir del siglo XIX) no se puede entender sin tomar en cuenta a México, y ciertamente la historia de México a partir de su independencia no se puede entender sin tomar en cuenta a Gringolandia. Somos vecinos, y culturamente nos inlufenciamos cabronamente los unos a los otros… y es para ambos lados; yo antes creía que los mexicanos estábamos siendo más influenciados por los gringos que al revés: ahora tiendo más a creer lo inverso, y probablemente la realidad sea que es algo más bien equilibrado.

Todo este debralle viene a partir del Escarabajo Azul, o Blue Beetle, un superhéroe de DC Comics que apareció en los 40s. El primer Escarabajo Azul fue Dan Garret, y apareció en una compañía de cómics que fue adquirida por DC a finales de los 60s. DC utilizó a su sucesor, Ted Kord, y después de la Crisis en las Tierras Infinitas fue integrado de forma permanente al Universo DC, donde hizo pareja con Booster Gold en la Liga de la Justicia (parece ser el consenso de crítica y fans) más divertida que ha habido; en México varios de esos números los publicó Editorial Vid en el cómic de Batman.

En la Inifite Crisis (o mejor dicho el “conteo a”), Ted fue asesinado. No se preocupen; ya ven que eso en los cómics suele ser un mal temporal, y de hecho parece que ya está vivo y coleando (aunque sea temporalmente).

De cualquier forma, el manto del Escarabajo Azul pasó a Jaime Reyes, un adolescente gringo de ascendencia mexicana. Jaime vive en El Paso, Texas, y sus labores superheroicas tienden a dividirse entre El Paso y Ciudad Juárez. Juan no es mexicano; pero tampoco es gringo en el sentido que suele no gustarme. Es, y parece que los escritores han tratado de verdad de ser “reales”, un chavo chicano; el cómic tiene generosas porciones en español, y trata de representar a esa amplia comunidad dentro de los Estados Unidos.

Yo he seguido el cómic (de hecho quiero los TPB) no sólo por eso, sino porque es muy divertido, con Juan siendo un héroe a regañadientes además de un muchacho de verdad agradable, y un aire entre místico y de ciencia ficción, combinado con un grupo de personajes latinos casi todos y adolescentes la mayoría, y con hartos diálogos que combinan el inglés y el español de forma muy cagada.

Justo esta semana salió el número 26, escrito casi en su totalidad en español, corregido por Sergio Aragonés. Aunque tiene aire indudablemente pocho el número, es divertido ver un cómic mainstream publicado por DC escrito casi completamente en español.

Escarabajo Azul

Escarabajo Azul

No es el primer personaje de ascendencia mexicana que DC usa; antes estuvo el Diablo (en inglés), y el (para mí) ligeramente ridículo Aztec, aunque la crítica gringa estaba fascinada con el cómic (que sólo duro 10 números). No lo sé; yo sólo leí sus apariciones en la Liga de la Justicia.

Lo que sí es que el Escarabajo Azul de Jaime Reyes le está yendo relativamente bien en ventas, y a la crítica parece gustarle. Yo sólo sé que a mí me parece uno de los cómics más divertidos que he leído, y además muy respetuoso del legado del Blue Beetle original y Ted Kord.

Y al final del día son las aventuras de un adolescente que es superhéroe sin realmente proponérselo, con problemas de adolescente en la escuela y con chavas, que además combate extraterrestres y entes mágicos. Encima es de ascendencia mexicana, y asume como su responsabilidad no sólo El Paso, sino también a Ciudad Juárez.

Altamente recomendable.