El collar de Tigger

Hace como seis años, cuando Tigger llevaba ya unos meses viviendo en mi casa, le compré un collar.

En esa foto pueden ver el collar; lo que no se ve es su placa, donde dice su nombre (“Tigger”), y donde atrás está mi nombre, la dirección de la casa y el número de teléfono por si algún día se pierde. Afortunadamente, nunca se ha perdido.

Recuerdo que llegué de la veterinaria con el collar, y Tigger estaba durmiendo en el sofá. Me acerqué, le puse el collar, y creo que el huevón del gato ni se despertó. Cuando por fin se despertó, no parecía importarle el collar, y jamás se quejó de él o trató de quitárselo.

Ayer, por alguna razón (se aflojó, o Tigger se rascó o vayan a saber qué), se le cayó el collar. Lo más interesante del caso fue la reacción del gato; se puso a lamer el collar y a mirarme como lo hace cuando tiene hambre. Yo tomé el collar, y se lo volví a poner. El gato no se movió nada mientras le ponía el collar, y cuando terminé saltó del sofá y se puso a caminar con esos pasos como brinquitos que yo he terminado por asociar a cuando está contento.

Por supuesto puede ser mi imaginación; pero juro que parecía como si al gato lo pusiera triste que se le hubiera caído el collar, y contento que se lo pusiera de nuevo.

Rendezvous with Rama

(Realmente debí hablar de Rendezvous with Rama antes de The Forever War, porque salió en 1972; pero se me confundió el orden).

Mi intento de leer todas las novelas que ganaran los premios Nebula y Hugo comenzó con Rendezvous with Rama, de Arthur C. Clarke.

Dios. Qué buena novela.

No sólo es de las historias más reales (en el sentido de usar ciencia de verdad) de ciencia ficción que yo haya leído; además es muy divertida y mostrando un futuro y ciertos avances tecnológicos que en verdad suenan posibles.

La novela trata de cómo los seres humanos descubren a un artefacto de obvia manufactura extraterrestre que va a pasar cerca del sol, y la apresurada misión que se organiza para poder investigar lo más posible acerca de él.

El artefacto (que llaman “Rama” porque los dioses grecoromanos se acabaron décadas antes) es un cilindro hueco de 50 kilómetros de largo y 16 de diámetro, que gira rapidísimo (lo que permite una cierta “gravedad” dentro de él), y que contiene lo que parecen ser los “planos” de una forma de vida extraterreste. Los científicos de la Tierra y otros planetas del sistema solar (que a esta altura están colonizados) no saben exactamente qué pensar del objeto, porque viaja a una velocidad lentísima para distancias cósmicas (parece que salió 200,000 años antes de una estrella “cercana”).

Más sorprendente es cuando de repente Rama cambia su dirección, y alegremente se acerca al sol para, aparentemente, tomar energía directamente de él, y seguir con su camino; lo que hace suponer que su paso por el sistema solar fue, básicamente, una ida a la gasolinería.

La novela es fabulosa, entre otras cosas, porque no contesta un montón de preguntas, y todo lo que presenta es posible en teoría (con la posible excepción de su motor interestelar, que aparece al final del libro cuando “carga gasolina” con el sol). Morgan Freeman lleva años queriendo hacer la película, y parece que ya está en producción con una tentativa fecha de estreno para el 2009. Yo espero que sí se haga, porque me parece que la novela es altamente cinematográfica.

Creo que puedo decir sin exagerar que Rendezvous with Rama es de las mejores novelas de ciencia ficción que he leído. Altamente recomendable.

The Forever War

En California conseguí y leí The Forever War de Joe Haldeman. Muchos dicen que es una respuesta y crítica a Starship Troopers de Robert A. Heinlein, pero Haldeman ha dicho varias veces que no es cierto, y que realmente se basó en sus propias experiencias en Vietnam.

Como sea la novela es fabulosa, burlándose perpetuamente de los militares y la vida militar, y mostrando una muy interesante perspectiva de cómo podría evolucionar socialmente la raza humana. La característica más interesante de The Forever War es que los soldados viajan en naves interestelares que se mueven a velocidades cercanas a la de la luz, lo que causa que una campaña de algunas semanas para ellos se transformen en años, décadas o siglos en la Tierra.

La novela es de muchísima acción, lo cual es sorprendente al momento de compararla con Starship Troopers, porque aunque la segunda glorifica la vida militar, lo cierto es que no muestra muchas batallas. También es muy divertida, con un sentido del humor negro que se mantiene a lo largo de todo el libro (y que es particularmente interesante cuando el protagonista descubre que después de décadas la sociedad humana ha adoptado el homosexualismo como lo “normal” y el heterosexualismo como lo “anormal”).

Pero además a mí me gustó porque tiene un romance muy bonito entre el protagonista y una de sus compañeras en su compañía, que se ve seriamente amenazado cuando los mandan a misiones distintas… lo que significa que probablemente regresarán en siglos distintos de sus respectivas misiones.

Me sigue gustando más Starship Troopers; pero The Forever War es una novela de ciencia ficción muy buena, con much acción, divertida, e incluso con algo de romance para los que como yo prefieren eso. Además es una obra pacifista, y presenta ideas muy interesantes respecto a ciertos avances tecnológicos (sin perder nunca el sentido del humor; creo que es el relato de cómo alguien recibe una prótesis “artificial” más cagado que yo haya leído).

La novela la leí en parte porque empecé (nunca llegué muy lejos) con la idea de leer todas las novelas que hubieran ganado los premios Nebula y Hugo desde los setentas hasta la fecha. Pero The Forever War además de tener premios está bonita, y de verdad tiene mucha acción, así que yo la recomiendo ampliamente

The Golden Compass

Como comenté en la entrada anterior, el viernes 21 de diciembre fui a ver The Golden Compass. Si quieren ver lo que tengo que decir de las novelas lean la página correspondiente.

Se aplican las advertencias de spoilers de siempre.

The Golden Compass

The Golden Compass

La película se me antojaba mucho desde antes de leer las novelas (sale un oso en armadura y además rugiendo en el avance); pero cuando terminé la primera novela se me antojó aún más.

Ya pude volver a ver la película después de haber leído las tres novelas, y mi comentario sigue siendo el mismo que cuando la vi por primera vez.

Es una película maravillosa.

No sólo adapta fiel y respetuosamente el libro (que de por sí es difícil de hacer); además tiene un reparto para motivos prácticos perfecto, tiene unos efectos especiales maravillosos (que como he dicho ya hace mucho, cada vez hay que dar más por sentado), y está actuada de forma impecable. La dirección me pareció también buenísima; la película es rapidísima y en ningún momento se siente lenta.

Quiero enfatizar el elenco: Daniel Craig es perfecto para el papel de Lord Asriel; guapo (sin ser bonito), fuerte, mamón y prepotente. Sir Ian McKellen es también perfecto para interpretar a Iorek Byrnison; y además el hecho de interpretar a un personaje animado por computadora le da la libertad al ancianito de encarnar a un guerrero sin tener que preocuparse de romperse la cadera. Sam Elliott es (lo siento, no hay otro término) perfecto en su papel de Lee Scoresby, con su bigotazo (mucho más espeso que como lo describen en las novelas), su voz profunda y con tono permanentemente divertido, y su acento encabronadamente tejano. Y aunque nada más dice dos líneas en toda la película, Kathy Bates como su dæmon Hester también es perfecta. Eva Green como Serafina Pekkala está muy bien (algo sobreactuada; pero no mucho), y ciertamente consigue transmitir esa belleza etérea y cachondez que parecen tener todas las brujas del mundo de Lyra.

Pero además está Dakota Blue Richards como Lyra… Oh. Dios. Mío.

La cabrona chamaquita es idéntica a la Lyra de las novelas; perfecta no alcanza a describir su actuación en la película. Es encantadora, y tiene una sonrisa preciosa sin en ningún momento ser una “niña bonita”… porque no es bonita. Sin embargo creo que será una mujer guapísima cuando crezca. Es tal cual imaginaba a Lyra, y sigue siendo traviesa, mentirosa, respondona y desobediente. Me encantó su actuación; no puedo imaginarme cómo podría haber sido mejor.

Dejé al final a Nicole Kidman porque es el único “pero” que le tengo a la seleción de elenco. Actúa muy bien y es hermosísima; además de que en verdad transmite la crueldad y jijez de la chingada de las que la Coulter es capaz. Sin embargo, en las novelas la única forma que tenemos de ver que la Coulter es mala es porque rapta a Tony Makarios en su primera aparición; si no fuera por eso queda claro que la Coulter es capaz de mostrarse al mundo como la mujer más hermosa, sexy, simpática, inteligente y encantadora que existe. En cambio nada más aparece la Kidman en la pantalla y se le ve que es más mala que la carne de cerdo en chile verde.

Me queda clarísimo que eso fue una decisión consciente, ya sea de la Kidman o del director, porque me consta que la actriz puede interpretar papeles que generen la simpatía del espectador. Sólo digo que hubiera sido posible (y más emocionante y abrumador) verla transformarse de la perfección hecha mujer a el diablo en persona.

El guión y la dirección también los quiero resaltar, porque el libro no es pequeño y sin embargo consiguieron meter toda la historia sin que en ningún momento se sienta apretada o aburrida (como las dos primeras películas de Harry Potter). Sólo quitan algo de la grilla de los gyptians e intercambian dos pasajes cerca del final.

Ah, y cortan el final.

Creo que sé por qué cortaron el final del libro. Es un final muy triste y algo fuerte, y dado que de por sí las novelas son altamente subversivas, los productores saben que la única forma de garantizar al menos una secuela, es que le vaya bien a la primera película. Y con el final tal cual de la novela se arriesgaban a que no.

Se arriesgaban aún más, quiero decir; como menciono en mi página de los libros, el autor dice que sus novelas son de matar a Dios; a me impresiona incluso que hayan hecho película de la primera. Y las otras dos son más cabronas todavía.

Espero de verdad que hagan las secuelas, porque me muero de ganas de ver a quién le dan el papel de Will y cómo interactúa con Dakota Blue Richards. Y quiero volver a ver a esa niña actuando como Lyra; es maravillosa.

La película me encantó como no tienen idea. Es un poquito más alivianada que las novelas (en ningún momento dice que el Magisterio es la Iglesia Católica, o que la Autoridad es “Dios”), pero captura (y por mucho) todo el espírito y belleza de la novela. Y de verdad vale la pena verla nada más por la actuación de Dakota Blue Richards; no me alcanzan las palabras para describir cómo actúa la niña.

Si son creyentes no se prejuicien porque es una película basada en una novela atea. Sería como si los ateos nos prejuiciáramos contra El Señor de los Anillos o Crónicas de Narnia sólo porque llevan un mensaje profundamente cristiano. Las novelas (ateas o no) hablan de la libertad y de la inocencia y de la lucha del bien contra el mal. Un montón de cristianos ha salido en defensa de ellas porque realmente transmiten un mensaje muy bonito.

Vayan a verla, y disfrútenla. Sale un oso en armadura y además rugiendo. Y sale Dakota Blue Richards, que como la Lyra de las novelas capturó mi corazón con nada más cinco minutos de andar dando brincos en la pantalla.

La captura

Esta entrada es de cómo fue que, a pesar de estar enclaustrado por mi tesis, me leí los tres libros de la saga His Dark Materials y fui a ver la película The Golden Compass. Para leer mi opinión de la película vean la entrada que sigue a ésta, y para leer lo que tengo que decir acerca de la triología de novelas, vean la página que escribí para ello.

Unos días antes de navidad, fui a dejar mi carro al departamento. Porqué hice eso no viene al caso, pero el punto es que tenía que manejar a la Benito Juárez y regresarme a Xochimilco en el democrático metro. Eso significaba que iba a pasar entre una hora y hora y media en transporte público, lo que me obligaba durante una hora u hora y media a olvidarme de mi tesis. Y decidí aprovechar ese tiempo en algo que de verdad quisiera hacer.

Hace meses, cuando salió, vi el avance de The Golden Compass. Sale un oso polar, en armadura, rugiendo; era más que obvio que tendría que ver esa película en el cine. Ahora, siempre que veo una película de fantasía o ciencia ficción en el cine, me aseguro de haber leído la novela antes (si hay novela, claro). Me parece (y hasta ahora jamás me ha fallado) que es mucho más probable que la película me arruine la lectura, a que la lectura me arruine la película.

“No hay problema” me dije, “seguramente habré acabado la tesis para el 14 de diciembre” (la película se estrenó el 14 de diciembre), “y la novela la puedo leer en un par de días.”

Ja. Buen chiste.

Conforme a diciembre se le acababan los días yo tenía suficientes cosas en la cabeza como para preocuparme de una película, pero cuando llegaba a pensar en ello me decía: “no hay problema; seguro será un exitazo y estará semanas en cartelera… acabo la tesis, leo la novela y voy a verla al cine.”

El plan era bueno, en teoría, pero el día que fui a dejar mi carro al departamento decidí que de regreso comenzaría a leer la primera novela de la triología, Northern Lights; ya había conseguido la edición británica para ese momento (los gringos le pusieron The Golden Compass, porque son medio idiotas). Me dije que la seguiría leyendo cuando fuera al baño, cuando comiera, o en mis descansos de diez minutos cuando sentía que los ojos se me derretían de tanto ver al monitor.

Grave error.

Comencé a leer el libro, y no pude soltarlo. No es la primera vez que me ocurre esto; pero sí es la primera vez que me ocurre con esta intensidad. En la página de las novelas explico por qué.

Ese día dormí unas tres horas por leer la novela en la noche, y al otro día he de haber escrito a lo más una cuartilla de mi tesis; nada más lo suficiente para no sentirme tan culpable y poder seguir leyendo. En la noche acabé el libro, y por suerte no tenía los siguientes dos, porque si no me hubiera seguido. Al otro día, viernes 21 de diciembre, era la Tradicional Posada de Fin de Año de Enrique.

(Ya sé que es medio reiterativo decir “posada de fin de año”, pero suena más acá.)

Como Enrique me había dejado claro que si no iba me arriesgaba a ser castrado, decidí ir al cine a ver la película de la novela antes de ir a la posada. Fui a Cinépolis Perisur, y la única función subtitulada que me quedaba para llegar a una hora más o menos decente a la posada era en la sala VIP, así que entré ahí, razonando que no había casi gastado en cine este año y bien podía permitirme una función en la sala VIP.

No me arrepiento para nada haberla visto ahí. Y es sólo la segunda película que veo en sala VIP; la otra fue El Señor de los Anillos: El Regreso del Rey. Que tampoco me arrepiento, por cierto.

Después fui a la posada de Enrique (llegué a las 10:30; eso todavía es decente), me divertí un rato y regresé a mi casa a la 1:30 de la mañana. Un poco para apaciguar mi culpa trabajé una hora en mi tesis antes de dormir.

Al otro día conseguí las otras dos partes de la triología, y en la noche comencé a leer la segunda parte: The Subtle Knife.

Otra noche sin dormir. La segunda parte me gustó mucho más que la primera, y esa sí la leí de principio a fin sin detenerme para nada más. Terminando me dormí, y nada más despertarme (y comer), decidí dejar de hacerme güey y mandé a un tubo mi tesis para poder leer la tercera parte, The Amber Spyglass… que me gustó aún más que las otras dos.

No fue su culpa totalmente, pero sin duda la triología de His Dark Materials contribuyó bastante a que acabara mi tesis horas antes del fin de año.

Y esa es la triste historia de cómo leí His Dark Materials. Si quieren enterarse de por qué fue que me atraparon estas novelas, lean la página.

Grilla

Esta entrada es de política. Sólo que no de política política; sino de las grillas que han afectado a Gentoo en el último año.

Esta entrada la inicié en la mañana porque vi un correo en la lista de correo de Gentoo donde un chavo preguntaba si la revista semanal de Gentoo (Gentoo Weekly Newsletter) estaba muerta porque no había salido desde octubre.

(A lo cual probablemente yo hubiera dicho “a preguntas idiotas…”)

Unos minutos después, mientras escribía la entrada, encontré en Slashdot la noticia de que Daniel Robbins “ofrece” regresar para liderear Gentoo de nuevo. Daniel Robbins, para los que no lo sepan, es el creador original de Gentoo.

Gentoo es estos momentos, básicamente, un desmadre.

Un montón (decenas) de desarrolladores han renunciado al proyecto, hay una desorganización enorme que ha causado que sólo hubiera un release en el 2007 (la 2007.0), la administración del proyecto es para motivos prácticos inexistente (tanto es así que, al parecer, Gentoo no existe legalmente), entre muchos de los desarrolladores que quedan hay harta mala leche, etc., etc.

La distribución no se ha vuelto inusable básicamente porque, mal que bien, el diseño de Gentoo es modular y ha permitido que la gente que se limita a mantener ebuilds lo siga haciendo, y porque la mayoría de los desarrolladores que se han quedado son los que de por sí se dedican a chambear en lugar de estar grillando.

¿Qué causó tan soberano desmadre? Como en todas las cosas donde un número no trivial de seres humanos estén involucrados (trivial siendo menor o igual a uno), la respuesta es compleja. En particular yo (que no he contribuido en el desarrollo de Gentoo más que con un par de ebuilds y un par de correos en la lista ayudando gente) percibo que en gran medida fue un problema de crecer mucho y muy rápido. Recuerdo hace poco más de un año, cuando diario en la lista de desarrolladores daban la bienvenida a tres o cuatro nuevos desarrolladores. Diario.

Toda esta gente nueva (que no dudo estaba ansiosa de contribuir) entró al proyecto sin que hubiera una infraestructura robusta o reglas claras de quién decide qué… o para motivos prácticos de cómo se deciden las cosas.

Y tampoco ayuda que muchos desarrolladores se portaran como adolescentes en las discusiones públicas. En -dev llegó un punto donde nadie podía decir nada sin que todo desencadenara en estúpidas flame wars.

¿Estoy preocupado, debería ir buscando una nueva distribución? No, por supuesto que no. En los proyectos Open Source siempre ha habido un montón de drama; sólo en el caso de Gentoo ha sido algo más espectacular, masivo y vergonzosamente público. Los ebuilds ahí están, y a pesar de todas las diferencias (y profundos odios) entre desarrolladores particulares, el EAPI ha ido avanzando, lo cual permite que incluso si el desarrollo de Portage muriese, entonces Pkgcore o Paludis puedan retomar la estafeta y continuar así el desarrollo de Gentoo. Con Software Libre en general ningún proyecto muere del todo.

Esto no quiere decir que Gentoo en este momento no esté plagado de problemas, técnicos y políticos, que deben resolverse. ¿Es la propuesta de Daniel lo que le conviene a Gentoo?

No lo sé. Por una parte creo que el que alguien (casi casi quien sea) tome el mando y se ponga a gritar órdenes (no importa si son buenas o malas) sería algo bueno, porque al menos podría evitarse que se siguiera perdiendo el tiempo en discusiones estériles y flame wars. Y ciertamente Daniel es el único que tiene la fama necesaria para poder hacerlo.

Por otra parte Daniel no me da muy buena espina. Hacer el prototipo de Portage en Python se me hace una idea bastante buena; el negarse a reescribirlo en un lenguaje más estricto (o rápido), o ni siquiera a reescribirlo en Python para reparar los errores de diseño que lo plagan (digo “diseño”, pero quiero decir realmente errores porque no hubo diseño) me parece bastante necio. Además hace unos meses Daniel había “regresado”, sólo para salir unos días después haciendo berrinche como niño chiquito porque no quisieron hacer las cosas exactamente como él quería. Además de que amenaza con sólo dedicarle tiempo parcial al proyecto.

Si Gentoo muriese (que lo dudo) es muy fácil continuarlo: es sencillamente tomar el último snapshot del árbol de Portage (los ebuilds) y construir una distribución encima de eso. E incluso podría usarse Pkgcore o Paludis como manejador de paquetes en lugar de Portage, gracias al EAPI. Así que no me preocupo ni siquiera de tener que reinstalar nada.

Pero además yo creo que Gentoo se recuperará. Eventualmente. Con o sin Daniel Robbins.

Y sí, hay grillas, hay discusiones y hay tensión; pero eso es medio inevitable, y aunque ahorita sí es excesivo, no dudo que regrese a la “normalidad” tarde o temprano. Yo seguiré cumpliendo mi deber como usuario; actualizando regularmente, llenando reportes de bugs, colaborando de vez en cuando en la lista de correo.

Esto es sólo un bache. Uno particularmente largo y profundo, pero sólo un bache. No dudo que en unos meses (tal vez años, esperemos que no) Gentoo habrá superado estos problemas. El otro día un desarrollador se disculpó con otro; eso ya para mí es un avance.

Tips para Nautilus

Aunque varios de mis cuates utilizan GNOME, pocos de ellos usan Nautilus en su modo espacial.

Las razones son varias, pero me parece que una muy importante es que no conocen los distintos atajos disponibles, que hacen que utilizar Nautilus sea rapidísimo y óptimo.

Para su beneficio y el de cualquiera de mis lectores que use GNOME, aquí les van algunos tips para Nautilus:

  • Con Nautilus abierto en un directorio, Backspace abre el directorio padre.
  • Shift y alguna acción cierra el directorio actual (por ejemplo, Shift+Backspace abre el directorio padre y cierra el directorio actual).
  • Ctrl+L abre un diálogo donde se puede poner un directorio para que Nautilus abra; más aún, el diálogo tiene autocompleción.
  • Ctrl+S abre un diálogo para poner un patrón para seleccionar archivos; si uno pone *.txt, se seleccionarán todos los archivos con extensión .txt en el directorio.
  • Ctrl+1 y Ctrl+2 seleccionan la vista con iconos y la vista con lista, la cual además permite ir abriendo los subdirectorios usando un árbol; lo que es particularmente útil para directorios remotos.
    Vista con lista en Nautilus

    Vista con lista en Nautilus
  • Ctrl+Shift+w cierra todos los directorios ancestrales que estén abiertos; el padre, el abuelo, etc.
  • Ctrl-q cierra todos los directorios.

(Entre otras cosas también quería poner esta lista porque me gusta mucho cómo se ven las balas en mi nuevo tema.)

Con esos trucos es muy sencillo utilizar Nautilus a la misma velocidad (o mayor) que la línea de comandos. Siempre y cuando uno no necesite manejar archivos y/o directorios a los cuales un usuario normal no tiene acceso.

Que esperemos de eso se haga cargo PolicyKit cuando esté listo.

Actualización: Agregué Ctrl+Shift+w y Ctrl-q por recomendación de Omar.

Aliens

El otro día pasaron Aliens en la tele. Lamentablemente la señal de Cablevisión tuvo a bien joderse justo al final, en la parte más emocionante de la película cuando Ripley va a rescatar a Newt.

Alien es una película fabulosa, pero Aliens es sin duda alguna mucho mejor. La primera película es al fin y al cabo la misma fórmula de “pocos güeyes encerrados con monstruo persiguiéndolos”; la segunda en cambio es una de las mejores películas de acción/ciencia ficción que existen.

En la película aparecen Michael Biehn y Lance Henriksen como Hicks y Bishop, en dos papeles chingonsísimos. Además Bishop rinde homenaje a Asimov diciendo que no puede dañar a un ser humano, o por inacción permitir que un ser humano sea dañado. Y tiene una línea muy cagada cuando se ofrece a llevar la terminal para llamar por control remoto a la segunda nave del Sulaco: “I might be synthetic, but I’m not stupid”.

A los actores de la película James Cameron los obligó a leer Starship Troopers, y la novela de Heinlein aparece en todos lados en la película; desde que el soldado interpretado por un jovencísimo Bill Paxton pregunta si la misión será otra “cacería de bichos” (bug hunt), las “bajadas” (drops), y en general toda la actitud de los marines.

También medio sutil, pero cuando están cayendo, el personaje de Bill Paxton dice “I’ve got a bad feeling about this drop”.

Toda la acción de la película es fabulosa (como suele ser en las películas de James Cameron), pero lo mejor de todo es sin duda la “batalla de las madres” entre Ripley y la Alien Queen. That monster’s a bitch.

Aliens3 no es una película mala, pero sí fue una mentada de madre que después de todo el desmadre por el que pasó Ripley para rescatar a Newt, se muriera incluso antes de empezar la película. Por no hablar de que Hicks ni siquiera aparece; o Bishop, que tiene una aparición como semicadáver.

Alien: Resurrection tampoco es mala película; exceptuando por el final con el humano-alien-híbrido (que es de las cosas más chafas que he visto), de hecho es una película de acción bastante divertida.

El problema con la tercera y cuarta partes es que mandaron al carajo una continuidad que Aliens cuidadosamente había construido siguiendo la premisa que Alien había dejado. Los comics que Dark Horse publicó continuaban la historia de forma mucho más inteligente, incluyendo a Newt enamorándose de un soldado que era parte de una compañía de puros androides que no sabían que lo eran.

Así que aunque por sí mismas Aliens3 y Alien: Resurrection pueden ser películas divertidas, para mí la serie terminó en su punto más alto, con Aliens.

Y no me hagan empezar con Alien vs. Predator.

KDE 4.0

Hoy salió (después de un retraso de algunas semanas) KDE 4.0.

Yo nunca usé KDE. Bueno, muy al inicio de que comencé a usar Linux es posible que haya instalado una de las primeras versiones, al buscar una interfaz gráfica para el sistema.

Pero en general no usé KDE porque básicamente no había de otra: KDE usaba (y usa) Qt, que en ese entonces no era posible incluirlo en la mayoría de las distribuciones, y entonces casi cualquiera de las distribuciones que instalara no lo traía.

Para cuando Qt se cambió a la licencia dual GPL/QPL, yo ya usaba WindowMaker o algo por el estilo, y comenzaba a preferir las aplicaciones escritas con Gtk+. Cuando GNOME fue usable (que, dado que yo usaba casi para todo la línea de comandos, no debió tardar mucho), me pasé a él y jamás he vuelto a cambiar.

Cuando instalé Gentoo por primera vez en mi primera laptop, recuerdo que me maravilló lo sencillo que era instalar cosas y decidí probar KDE de nuevo. Me arrepentí muy rápido; compilar con C++ era órdenes de magnitud más lento que compilar C. Aún ahora sigue siendo más lento.

Esa es una de las razones por las que no volví a tratar KDE (y por las que en ninguna de las máquinas que yo mantengo hay rastro de KDE o Qt); pero en verdad la principal es que GNOME 2 me parece muy bien diseñado y pensado.

GNOME 2 tiene en este momento una desventaja clara con respecto a KDE: GNOME VFS fue un módulo que se trajeron de GNOME 1.2 y que sencillamente está descompuesto. Más allá de descompuesto; es irreparable, y debe ser reemplazado… que es justo la idea de gio y GVFS.

Pero exceptuando eso GNOME me parece ha tenido ideas mucho más innovadoras (y elegantes) que KDE. Además de que GNOME ha sacado sus versiones cada seis meses sin falta desde hace casi diez años. Y conservando compatibilidad binaria en las cosas más básicas; es por ello que Firefox, Thunderbird, VMware y un montón de otras aplicaciones usan Gtk+ y no Qt. Porque además no me hagan empezar con la compatibilidad de ABI en C++.

Pero claro, todo eso es como yo veo las cosas; habrá quien piense distinto. Yo no tengo nada en contra de KDE, sus desarrolladores o sus usuarios.

KDE 4.0 se retrasó unas semanas por razones que varían dependiendo de a quién le pregunten y cuándo lo hagan. Entre los cambios que trae por fin tiran a la basura aRts (que su mismo creador había sugerido hacía años), agregan un manejador de archivos propiamente, y no un sistema operativo completo como era Konqueror (aunque siguen incluyéndolo), y un montón de cosas más.

La verdad no sé cómo esté KDE 4.0… pero para ser sincero tampoco he sabido cómo está KDE 3.5… ó 3.4… etc. Sólo sé que desde un punto de vista externo, KDE 4.0 se puede percibir un poco como Windows Vista. Hay quejas del retraso que tuvo, de que aún así no está listo, que hay demasiados cambios y muchos de ellos innecesarios, etc.

Yo no estaba al pendiente de las cosas cuando GNOME cambió de 1.2 a 2.0 (estaba enclaustrado haciendo la tesis de licenciatura), pero muchos han dicho que se dijo exactamente lo mismo de él. Y GNOME 2 creo que ha sido terriblemente exitoso (dado que es la interfaz por omisión de casi todas las distribuciones importantes de Linux). Así que esperaría que KDE 4 terminara superando cualesquiera problemas que pudiera tener ahora en una versión punto cero.

Y claro, todo mi interés en esto es puramente académico; yo sigo usando GNOME y estoy muy contento (y cada vez más) con el sistema, muchas gracias. Sólo que en general espero que a KDE le vaya bien; la competencia amigable entre ambos escritorios ha hecho que ambos mejoren: gio y GVFS sin duda alguna toman muchas ideas de KIO y los IOslaves (aunque también del paquete java.io de Java y el equivalente en C#). Así como Dolphin evidentemente copia un poco de Nautilus en su modo de navegación (no espacial).

Así que le deseo suerte a KDE 4.0, y espero que resuelva los innegables y numerosos problemas que ya mucha gente ha reportado. Le conviene a Linux en general.

Creacionismo

Acabo de ver el episodio de los Simpsons donde, de forma muy idiota, atacan al creacionismo (el episodio es el número 21 de la temporada 17: The Monkey Suit).

Digo que lo hacen de forma muy idiota porque los Simpsons en general son implacables cuando se burlan de algo o alguien, y resulta que con el creacionismo se burlan de forma muy cuidadosa; al grado del patetismo. Yo sé que un montón de tarados gringos son creacionistas (o algo que se le parece); y más importante, tienen una voz y una capacidad de movilización desproporcionados si los comparamos con casi cualquier otro país civilizado. Entonces podría entender el miedo de los escritores o productores de los Simpsons a la reacción que posiblemente provocaría un episodio que atacara implacablemente al creacionismo.

Y ante eso sólo puedo decir que qué cobardes los escritores (o productores) de los Simpsons son, porque si un grupo merece el escarnio, el ridículo y la burla son sin duda alguna los creacionistas.

Para los que no lo sepan, los creacionistas son aquellos que creen que Dios creó al mundo (de ahí su nombre). Pero además creen que ocurrió exactamente como se dice en el libro del Génesis de la Biblia: seis días, hágase la luz, Eva de una costilla, etc. Según ellos todo lo que dice la Biblia no son metáforas, o alegorías, o nada por el estilo: es la verdad única y absoluta, palabra por palabra.

Claro, existen matices: hay creacionistas “hard core” que dicen que el universo tiene más o menos seis mil años de edad (sumando las edades de los personajes de la Biblia), y hay creacionistas “soft core” que dicen que los “días” del Génesis pueden haber durado mucho porque no había sol o luna al inicio, y por lo tanto “permiten” la “posibilidad” de que el universo tenga millones de años. De cualquier forma, “hard core” o “soft core” todos los creacionistas dicen que el primer ser humano fue Adán y que eso de que descendemos de primates es mentira, pecado y blasfemia. Más o menos en ese orden.

Yo he estudiado bastante del tema porque tenía una novia cristiana que una vez me dijo que viéndome ella podría llegar a creer que sí era “posible” que los humanos descendiéramos de los monos (yo soy muy peludo… pero mucho). Recuerdo haber volteado a verla, completamente horrorizado, y preguntarle que qué carajo quería decir con “posible”. A partir de entonces estudié el tema más o menos a fondo.

Yo creo que cada quien tiene el inalienable derecho de creer lo que se le pegue la regalada gana. Yo, por principio y convicción no me meto en lo que cree la gente (en el sentido de decirle a la gente qué creer)… y por lo tanto espero que no se metan con mis creencias (en el mismo sentido). Así que si alguien decide creer que el primer ser humano fue Adán, que todas las evidencias existentes de la evolución son para “probar nuestra fe”, y que la Biblia es verdadera en todas y cada una de sus palabras (incluyendo las partes que contradicen a otras partes), yo respeto eso. Por supuesto, no comparto tales creencias; pero respeto el derecho de cada quien a tenerlas.

Para todo eso es tan ridículo como creer que el Mar Rojo se dividió, que una virgen dio a luz, o que a Juan Diego se le apareció dicha virgen para después hacerle una copia Xérox en su huipil. Eso es lo que yo creo, y espero que se respete mi derecho a creer eso.

Espero que quede claro, porque puede tal vez resultar confuso; sencillamente hay creencias que para mí son ridículas o idiotas, como que los negros o indios somos inferiores a los blancos, o que las mujeres no deben votar. Para esas ideas están al mismo nivel de la mayor parte de los mitos religiosos: los abrahímicos, los grecoromanos, los precolombinos y los budistas. Aunque son más entretenidos los mitos religiosos, debo admitir.

Y es mi derecho decir lo que pienso acerca de mis opiniones, por supuesto; así como alguien que cree en el Monstruo del Espagueti Volador tiene derecho a pregonar las virtudes de su apéndice en forma de tallarín; o como los cristianos tienen el derecho de sugerir que nos amemos los unos a los otros (que me gustaría oírlo más seguido que cuando vociferan los motivos por los cuales arderemos en el infierno).

Pero por idiota o ridículo que a mí me parezca, respeto que decidan creer lo que sea, porque es su derecho. Y además yo jamás le he dicho a nadie en qué debe creer; sólo digo en lo que yo creo, y por qué. Cada quien tendrá el derecho de estar de acuerdo o en desacuerdo conmigo.

En general la gente religiosa (al menos la mayoría que yo conozco) es razonable, es respetuosa. No comparten mis puntos de vista (como yo no comparto los suyos), pero nos respetamos mutuamente y nuestros respectivos derechos de creer lo que se nos venga en gana. Muchos de mis conocidos y amigos son creyentes, por supuesto (los ateos seguimos siendo en general minoría).

El problema con los creacionistas es que quieren que sus creencias las tengamos todos. No dicen “nosotros creemos esto y esa es nuestra fe y con ello somos mejores personas” (que cuando alguien me dice eso, por ridículas que me parezcan sus creencias, de verdad respeto que tengan una consecuencia positiva en su vida). Lo que dicen es “la nuestra es la única verdad, y lo que dicen los demás es mentira”.

Como eso en general no los lleva muy lejos, toman tácticas evasivas y tratan (por ejemplo) que las escuelas primarias enseñen al creacionismo como una “teoría alterna” de cómo se desarrolló la vida en el planeta Tierra. La mamada del “Diseño Inteligente”, pues.

Lo que nos lleva (de nuevo) a que México es un estado laico. Si quieren imponer en la educación pública cualquier enseñanza religiosa (ridícula o no), se las van a ver muy difícil. Pregúntele a los cristeros.

En la educación pública se enseña lo que la ciencia puede demostrar. Punto. Eso no es imponerle a nadie nada; es ser sinceros. Se le enseña a los niños lo que podemos estar seguros que es verdad; o esa es la intención al menos. La ciencia se equivoca, al fin y al cabo; es conducida por seres humanos.

Pero ese es el problema con el pensamiento religioso; parte de absolutos, y no permite el cuestionar un montón de cosas. Y el principio fundamental de la ciencia es cuestionar; a ella misma y cómo obtiene sus resultados en primer lugar. Esa es la razón por la que un estado laico debe enseñar lo que la ciencia puede demostrar; y nada más. No es intolerancia al pensamiento religioso; es sólo que casi todas las religiones tienen el ligero problema de que es sencillísimo demostrar que un montón de cosas que dicen sencillamente son falsas.

(Debo especificar que me queda clarísimo, porque lo he visto, que la religión puede tener un efecto súper chido en la vida de una persona, y ser un aspecto sin duda alguna positivo… lo cual no evita que la ciencia suela demostrar que varias cosas de dicha religión –cualquier religión– sean falsas.)

Si alguien quiere creer en la inmortalidad del cangrejo, y pregonarlo en la calle y enseñárselo a sus hijos antes de que duerman todas las noches, tiene todo el derecho de hacerlo. Pero si manda a sus hijos a una escuela pública, con la pena pero ahí les van a decir (les deben de decir), que los cangrejos son igual de mortales que las jaibas. No es faltarle el respeto a sus creencias o a su derecho de creer en lo que quieran; es sencillamente la labor del sistema de educación pública de un estado laico.

Y la necedad casi bestial por parte de los creacionistas de querer cambiar eso, además utilizando una sarta de mentiras, trucos y tácticas sucias cuando alguien trata de razonar con ellos, es lo que los hace merecedores de el escarnio, el ridículo y la burla. No sus creencias (que en particular yo encuentro ridículas), sino el hecho de querer imponerlas, y en los casos más descarados como “equivalentes” a la ciencia además.

Por eso me molestó el capítulo de los Simpsons. Los creacionistas utilizan una cantidad de tácticas deleznables para tratar de imponer sus creencias, y merecen ser expuestos y ridiculizados como lo que son: una bola de charlatanes. Y los escritores o productores de los Simpsons les faltaron los huevos para hacerlo.

La Trinidad

Las mejores historias del Universo DC, en la gran mayoría de las veces, incluyen a Superman, Batman y Wonder Woman.

La Trinidad

La Trinidad

Son los fundadores de la Liga de la Justicia, los líderes por omisión en cualquier crisis que se presente, los personajes más interesantes de DC por mucho (especialmente Batman, por supuesto), y además es en general divertidísimo cómo interactúan entre ellos.

Kingdom Come es maravilloso entre otras cosas por los papeles que juegan ellos tres, y el final es perfecto (de nuevo, entre otras cosas) porque Clark y Diana van a tener un hijo y le piden a Bruce ayuda para criarlo.

En la continuidad actual, algo inestable porque estamos entre crisis, después de la Infinite Crisis y esperando la Final Crisis, la Trinidad como siempre está jugando un papel fundamental. La “nueva” Supergirl (que vuelve a ser la prima de Superman y no un ente de Futigum de fresa) fue encontrada por Batman, y él y Superman sirven como tutores para después mandarla con Wonder Woman a que reciba entrenamiento entre amazonas. Y el número cero de la nueva encarnación de la Liga de la Justicia es un divertidísimo recuento de historias pasadas, futuras y posibles de momentos que ellos tres comparten mientras en el “presente” deciden a quién invitar para la nueva Liga.

DC sabe la importancia de la Trinidad, y por ello muchas veces abusa de su presencia en una historia. Lamentablemente por ello no es que todas las historias que involucren a la Trinidad sean buenas. Y sin embargo me arriesgo a decir que sí lo son la mayoría.

No sé cuándo se usó el término “Trinidad” por primera vez; sólo sé que ya es viejo. Y según yo (que podría equivocarme; no soy una enciclopedia), nunca se había usado dentro de la continuidad misma. Me explico; en el Universo DC nadie había dicho “Trinidad” refiriéndose a Clark, Bruce y Diana (cuando alguien menciona a los tres como un grupo, suelen decir algo como “the big three”). Había habido un TPB llamado Trinity que relataba la primera aventura que juntó a los tres; pero dentro de ella nadie dice nunca “Trinidad” (o “Trinity” en inglés), y además me parece que es fuera de la continuidad regular, porque en un momento dado Bruce no se contiene y besa a Diana.

Es muy divertido, eso sí.

Durante 52 la Trinidad desapareció un año (en sus identidades superheróicas, claro) mientras se dedicaban a diversas actividades alejadas del negocio de superhéroes. En ese año, justo al final, Black Adam se vuelve loco de furia por el asesinato de su familia, y mata miles (o millones; no queda claro) de personas en su deseo de venganza. Al evento le llamaron dramáticamente World War III, y fue desencadenado cuando todos (o casi todos) los científicos locos de DC los ponen a trabajar juntos para crear (o invocar, dependiendo de cómo lo quieran ver) a los “Cuatro Jinetes”, cuatro supervillanos originarios de Apokolips, que son los que matan a la familia de Black Adam. Antes de que WWIII termine, Adam los destruye.

Justo ahora acaba de terminar The Four Horsemen, una miniserie que relata cómo de los Cuatro Jinetes sólo fue destruida su “envoltura”, y que su escencia está recostruyendo nuevas “envolturas”. La Trinidad lidia con el problema, inicialmente de forma discreta porque todo lo relacionado con WWIII fue un desastre político para los gobiernos del mundo y la comunidad de metahumanos (que fue, para motivos prácticos, incapaz de hacer nada para detener a Black Adam cuando inició su venganza).

La miniserie es buenísima, como en general lo son aquellas donde la Trinidad es protagonista principal, y voy a comprar el TPB en cuanto salga. La interacción entre los tres más grandes superhéroes de DC es de las mejores que he visto, y tiene pasajes fabulosos: cerca del final, con uno de los jinetes ya puesto fuera de combate, otros dos de ellos toman posesión de los cuerpos de Superman y Wonder Woman. Ambos tratan de pelear dicha posesión, pero tienen que ser salvados de forma bastante dramática por Veronica Cale. Inmediatamente después, alguien pregunta que dónde está el cuarto jinete, y Batman tranquilamente pregunta que cuándo Cale podrá quitárselo. Superman le pregunta “Yuurd took you?!”, y Bruce sencillamente responde “He tried to.” Inmediatamente después vuelve a preguntar que cuándo podrá quitárselo Cale.

Que además Veronica Cale es un personaje maravilloso; yo quiero casarme con ella. Creada por Greg Rucka en 2003, él ha dicho que su intención era crear una “Lex Luthor” para Wonder Woman. Como en muchas historias donde Luthor termina siendo el héroe para eliminar una amenaza peor que él, Cale es sin duda alguna la heroína de The Four Horsemen.

Pero de lo que quiero hablar en esta entrada es que al final de la historia Clark, Bruce y Diana tienen una cena entre amigos en la mansión del segundo, y el siguiente panel aparece:

"Impose on the Trinity"

“Impose on the Trinity”

Me parece, les repito que no puedo estar seguro porque no soy una enciclopedia del Universo DC, que es la primera ocasión que dentro de dicho universo se le dice “Trinidad” a la Trinidad.

Que la “creadora” del término sea Lois es divertido.

Corriente

Hoy fui con Enrique a revivir mi carro.

(Últimamente ando reviviendo muchas cosas.)

Cuando acabé la tesis, de las primeras cosas que hice fue ir por mi carro al departamento. Si ya no voy a estar encerrado prefiero andar en carro, obviamente, así que un día que iba a ir a ver a mi papá decidí pasar antes por el tsurito.

Sólo que el tsurito no quiso encender. De nuevo.

Cuando me lo regresaron del servicio la última vez, todo estaba poca madre… hasta que prendí la alarma. Entonces comenzó a hacer cosas rarísimas, como prender la luz interior de forma completamente aleatoria, o sonar la alarma nada más porque sí. Un corto, evidentemente, pero yo estaba con la tesis y no tenía tiempo de preocuparme por eso, así que fui a aventarlo al departamento (que, de nuevo, el porqué de eso no viene al caso), y le apagué la alarma.

Pero evidentemente eso no fue suficiente, porque ese día que fui a ver a mi papá la cosa no quiso encender. Y eso que la batería era nueva.

Así que fui a ver a mi papá y me regresé en el democrático metro, lo cual es bastante cómodo si uno lleva algo que leer y música que escuchar, y yo llevaba ambos.

Hoy invité a comer a Enrique y aprovechando que me pasara corriente con su carro. Nos vimos una hora después de lo previsto, porque Enrique por alguna razón cree que las estaciones del Tren Ligero Registro Federal y Las Torres están juntas. Después fuimos al Gran Rábano (el de Taxqueña, no el de Portales), que yo sigo diciendo que es el mejor lugar de mixiotes de la Ciudad de México, y luego fuimos a revivir a mi carro.

Después de discutir unos momentos dónde iba la tierra en mi carro por fin logramos hacer que encendiera, y Enrique se fue, yo agradecido por su ayuda. Ya me preparaba para irme, cuando me di cuenta de que mi carro seguía con los bastones puestos, y dudé un segundo si apagarlo o no. Como llevaba encendido unos cinco minutos supuse que no habría problemas, y lo apagué para quitar los bastones.

Por supuesto, no encendió.

Por suerte cuando le llamé a Enrique sólo estaba unas cuadras lejos de ahí, porque se había perdido (suerte para mí), y regresó a darme corriente.

De nuevo.

Ya dejé el carro en el taller y espero que esté pronto, porque debo ir a Guanajuato (de nuevo) para que Bernardo y Silvia me den sus correcciones y le demos una última revisada al texto de la tesis.

Tengo mucha suerte de tener un cuate como Enrique. Entre otras muchas cosas porque se pierde en momentos convenientes.

Arrachera

Ayer, después de platicar con Jorge Temas Muy Importantes Para El Futuro De Mi Vida™, fui a comer y platicar con Mónica, porque para motivos prácticos hacía más de un año que no nos veíamos. Fuimos al restaurancito que está en el Centro Cultural Universitario.

Yo he ido varias veces ahí; de hecho iba antes de que fuera un restaurante mamón con meseros en uniforme y host chileno. Recuerdo cuando era básicamente una cafetería estudiantil como las otras quinientas que debe haber en CU, con la única posible diferencia de que de repente iba un montón de gente pose después de haber visto alguna película y/u obra.

Ahora además de meseros en uniforme y host chileno tiene mesitas afuera para comer al aire libre, un menú diseñado por (se supone) un chef de alcurnia (entre sus platillos está o estaba un tamal de chocolate… que ni era particularmente rico además de que era una chingaderita diminuta que encima de todo costaba como doce veces más que los deliciosos tamales de afuera del metro Cuauhtémoc), y comensales que (al menos ayer me pareció) en general parecen ser la gente que trabaja en el Universum (como Mónica) o en el mismo CCU en lugar de estudiantes “normales”… que dados los precios no me sorprende. Aunque igual y exagero (yo siempre exagero) y sólo se debía a que las clases propiamente aún no han iniciado.

Como sea, yo pedí una pasta a la bolognesa y una arrachera, ninguna de las dos particularmente grande y/o sabrosa, pero que tampoco estaban mal. Después Mónica y yo platicamos otras dos horas (en un año puede pasar bastante), y me regresé a Ciencias (a pie, porque no llevaba carro).

Después fui con Enrique, fuimos a Ciencias a reparar una máquina (de nuevo), y él iba a ir a ver el partido de los Pumas en Beer Factory, pero yo me estaba comenzando a sentir mal y le pedí que me dejara en el metro CU.

Cuando por fin llegué a mi casa mi estómago estaba quejándose amargamente, y me fui a la cama a las 10:00 PM sin haber comido nada más, para pasar una noche horrible donde mis tripas estaban bailando la conga y a nadie de ahí se le ocurrió invitarme (o pedirme permiso). Estoy seguro (aunque no lo comprobé con termómetro) de que tuve fiebre, además de que me levantaba cada cierto tiempo para ir al baño, y encima de todo cuando por fin conciliaba el sueño me la pasaba soñando puras pendejadas.

Doce horas después de acostarme me levanté completamente repuesto, aunque algo madreado y todavía con una ligera molestia en el estómago.

No tengo idea de qué pudo causar el episodio, pero dado que sólo desayuné cereal ese día, estoy más que dispuesto a culpar al restaurante del Centro Cultural Universitario.

Enlightenment

Hace siglos (1998) intenté usar Enlightenment. Creo que nadie me preguntó si quería usarlo, sólo RedHat (o Mandrake; no recuerdo) comenzó a usarlo como el manejador de ventanas por omisión de GNOME.

(En ese entonces GNOME seguía la estúpida filosofía de no recomendar ningún manejador de ventanas; que cada usuario “escogiera” el suyo. Y yo siempre he usado GNOME.)

Recuerdo dos cosas de Enlightenment: le encantaba usar un montón de gráficos llamativos, y era lentísimo. Pero de verdad lentísimo.

No aguanté ni una semana con él y regresé… no tengo idea de a qué. Supongo que a Sawfish o algo así.

El punto es que después de años (literalmente) de estar haciendo quién sabe qué cosas con él, leí hace unas semanas que parece que por fin saldrá la versión 0.17. Creo que la que probé en 1998 era la 0.16.

Como sea, lo divertido de todo esto y por lo que escribo la entrada, es que todos los que usan las versiones betas de 0.17 (todos los cinco güeyes) dicen que es rapidísimo. Que no tiene comparación con GNOME y/o KDE y/o incluso Xfce.

Yo sólo pude pensar en SimCity 4. SimCity 4 salió en 2003, y en la máquina que tenía hace cinco años el juego no podía ejecutarse de forma cómoda a menos que uno bajara toda la resolución y los detalles gráficos. E incluso así se atoraba.

Pero cinco años después, SimCity 4 corre poca madre en mi AMD 64 X2 3800+ con dos gigas de memoria y una NVidia 6800GS.

Así que no, no dudo que Enlightenment sea rapidísimo diez años después.

Coautor

Después de levantarme tarde (casi al medio día; mi intención era levantarme temprano pero olvidé poner el despertador) fui a CU y con Enrique fuimos a Centel a comprar una digitalizadora (una madre para dibujar en la computadora, básicamente), y regresamos a CU.

Después me acompañó a ver Elisa, con la que tenía que platicar unas cosas, y ahí me dijo que pasara a publicaciones a recoger un ejemplar de nuestro libro.

Introducción a Ciencias de la Computación con Java

Introducción a Ciencias de la Computación con Java

Había salido desde hacía ya algunos meses, pero con todo lo de la tesis y otras madres que tenía en la cabeza, no había ni siquiera podido ir a verlo. De hecho mi papá me llamó un día para decirme que un cuate le había dicho (je) que había visto un libro con mi nombre en una de las librerías de CU, y después mi papá mismo lo vio. Antes que yo, porque yo estaba en el claustro.

Está muy padre la edición, y Elisa hizo unas cosas muy chidas con el código en \LaTeX{}; es un estilo que me parece muy moderno y además bastante padre. El ISBN es 978-970-32-4268-9, por si a alguien le interesa.

Y supongo que ya puedo tachar una de las cosas que quería hacer en mi vida. Otra sería escribir un libro yo solo, supongo.

El final de las Gilmore Girls

Durante mi estancia en California tuvieron a bien acabar las Gilmore Girls, después de siete telenovelescas temporadas.

Después de seis temporadas que mal que bien fueron en general fabulosas, la séptima temporada fue marcada por dos cosas que en mi opinión estuvieron muy cerca de (e incluso se puede decir que lo consiguieron) arruinar la serie. La primera y más obvia, que Lorelai se acuesta con Christopher, rompe con Luke, y después se casa con el primero. La segunda y más sutil, pero sin duda relacionada a la dirección que tomó la vida de Lorelai, es la salida de los Palladino como productores de la serie. Ellos fueron los creadores de la serie, y es mi parecer que de hecho su salida ha de haber sido en parte porque ellos no han de haber estado de acuerdo con esa dirección en la historia.

En un punto más secundario, está el pendejo de Logan. Al tipo jamás lo pude tragar porque la serie, pendeja e intrascente como era, al fin y al cabo tenía un transfondo de conflicto de clases: Lorelai en parte manda a la chingada a sus padres para huir de ese mundo de la “high society” gringa. Que Rory anduviera con él se sentía (yo así lo sentí) como una traición a la educación que su madre le había inculcado.

De cualquier modo la última tempora tiene buenas puntadas, y debo admitir que la seducción de Lorelai por parte de Christopher está bien hecha. El tipo ciertamente (algunos podríamos decir) merecía una oportunidad más; al fin y al cabo era el papá de Rory.

Lo que sí es medio imposible de creer es que truenen tan rápido. Aunque ciertamente era lo que los que siempre hemos sido fans incondicionales de Luke queríamos.

Yo digo que Luke y Lorelai debieron casarse al inicio de la última o finales de la penúltima temporada, y la serie acabar con Rory graduándose y consiguiendo su primer empleo de verdad, y Lorelai y Luke esperando su primer hijo. Un poco como el sueño que tiene Lorelai al inicio de la tercera (¿o cuarta?) temporada.

Pero puedo al menos encontrar una justificación de por qué no hicieron esto. Más de eso adelante.

Decía que hay buenas puntadas en la temporada. Una de ellas es cuando Luke y Christopher tienen su primera (y última) pelea a puñetazos; era algo que yo quería ver, y lo único que lamento es que fuera tan sosa. Otra es cuando Lorelai le canta “I Will Always Love You” a Luke en el karaoke; es fabulosa. Y está la última escena de la serie, que es una repetición de exactamente la misma escena del final del primer capítulo de la serie. Eso fue bonito.

Esa última escena fue lo que causó que la serie no fuera completamente arruinada para mí por la última temporada, y de hecho incluso que se rescatara bastante. Por esa escena califico de “bien” el final de la serie. No “excelente” o “fabulosa” (que creo pudo haber sido), pero sí “bien”.

Esa escena me hizo recordar que la serie era de Lorelai y de Rory. De las Gilmore Girls; no de sus novios. Que Lorelai regresara con Luke y Rory mandara al carajo al pendejo de Logan estuvo bien, pero lo chido de la serie es que nos mostró la vida de Rory desde que entra a Chilton hasta que sale de Harvard, y durante todo ese tiempo la relación de ella con su madre no sólo siguió igual de cercana, sino que incluso se fortaleció.

Aunque claro, ayuda mucho que Lorelai regresara con Luke y Rory tronara con Logan; que además deja abierta la posibilidad de que termine algún día con Jess, que era su pareja perfecta, como todo mundo sabíamos.

El final estuvo bien. Creo que pudo ser mejor, y yo hubiera tomado otras decisiones respecto a cómo avanzar la historia; pero el final está bien.

Aunque claro, ridículo como soy yo, me quedé con las ganas de ver la boda de Luke y Lorelai.

TPB

Durante años yo compré comics. Una vez a la semana iba al puesto de periódicos (o a un Sanborn’s) y compraba varios comics que leía con placer. Todavía los tengo, varias cajas con comics, algunos de ellos con casi treinta años de edad, porque además cuando empecé a coleccionar comics también busqué muchos ejemplares viejos.

Comprar comics individuales (floppies les dicen los gringos, porque son “flexibles”) es caro.

No sólo es caro; es mal negocio. Ningún comic (que no sea serie limitada) es bueno en todos sus números. Si uno compra un comic regularmente, las probabilidades de que uno (o varios; o muchos) sean de dudosa calidad (por no decir pésimos) es muy alta.

Por eso, porque salía muy caro y porque tenía otros intereses en ese momento, dejé de comprar comics. Pero dios cómo los extrañaba.

En California fuimos un día a Marina del Rey, y entre las múltiples tiendas que entramos había una librería/tienda de comics. Y ahí fue que conocí los TPB.

TPB significa Trade Paperback, y es una edición en pasta dura que junta varios ejemplares de un comic o de varios comics.

Poco antes de regresarnos, me metí a Amazon y vi varios TPBs que sencillamente tenía que tener. Uno de ellos era Absolute Kingdom Come, que pedí y ahora mismo tengo enfrente.

Es una edición preciosa de Kingdome Come, con como doscientas páginas extras de comentarios, notas y borradores de Alex Ross y Mark Waid. Además es como una tercera parte más grande que el comic original, y viene en una caja de cartón que protege al libro de pasta dura.

Y entonces vi la luz. Cuando uno es adolescente compra floppies. Cuando uno es adulto compra TPBs.

Por supuesto, fue como descubrir el hilo negro; comprar TPBs es lo que hacen casi todos los fans de comics cuando llegan a cierta edad. La calidad de los TPBs es muy superior a la de comics regulares; en general sólo se publican TPBs de buenas series; se ven de pelos en un librero; etc., etc.

Por supuesto, es una jugada arriesgada. Si todos nos esperamos a comprar TPBs, cabe la posibilidad de que un comic no venda suficientes números como para que se gane el derecho de ser publicado como TPB. Pero en general creo que funciona, y cuando funciona vale la pena.

Lo que hago ahora es leer los comics cuando salen (les dejo a la imaginación cómo los leo), y si la serie es realmente buena entonces voy a comprar el TPB.

Así es como ahora tengo dos de los tres tomos de Justice (no he tenido dinero para comprar el tercero), una fabulosa serie de Jim Krueger, Alex Ross y Doug Braithwaite, y los tomos iniciales de Fables y Y: The Last Man, dos series de vértigo que son de lo mejor que he leído en comics en años. También los dos primeros TPBs de Astonishing X-Men, y eventualmente compraré los demás, porque Joss Whedon es la neta.

Es más caro comprar TPBs; pero es mucho mejor negocio porque en general uno termina con cosas no sólo mejores, sino además con una edición más bonita y que es fácil de acomodar en un librero.

En otras entradas comentaré de los comics que he descubierto (o redescubierto) en TPBs.

Fullmetal Alchemist

Cuando escribí mi entrada de Cardcaptor Sakura, una de las cosas que quería dejar bien claras era que, según mi opinión, Cardcaptor Sakura era el mejor animé que hubiera visto en mi vida.

Después explicaba porqué; pero eso no importa para el resto de esta entrada. Lo que importa es que en alguno de los comentarios que mis lectores me dejaron, uno de ellos mencionaba que aunque Sakura era buena, que definitivamente no era la mejor. Mencionaba varios animés que él consideraba los mejores, y entre ellos estaba Fullmetal Alchemist.

Full Metal Alchemist

Full Metal Alchemist

Como yo de por sí ya había oído cosas muy buenas de Fullmetal Alchemist, regresando de California la conseguí y la vi, más o menos de forma ininiterrumpida.

Fullmetal Alchemist es sin lugar a dudas un gran animé. Creo que su cualidad más grande es su sentido del humor, que durante tres cuartas partes de la serie logra mantener un ambiente ligero y divertido, sin por ello renunciar a escenas muy dramáticas y emocionantes. En la última cuarta parte las cosas se complican y la serie adquiere un tono decididamente más oscuro.

El diseño de personajes, aunque no es de mis preferidos, es consistente durante toda la serie, y la animación es de al menos la calidad de la de Sakura. De hecho son similares por el uso de efectos con computadora en todas las partes que incluyen el uso de la alquimia.

La historia trata de dos hermanos: Edward y Alphonse Elric, hijos de un famoso alquimista (o al menos eso afirma su madre), que viven con su madre una idílica vida provinciana, mientras aprenden alquimia, que permite transmutar elementos bajo la “ley de cambio igualitario”; básicamente que para conseguir algo, uno tiene que dar otra cosa.

Todo sigue así hasta que su madre muere de alguna enfermedad, y entonces Edward decide que usen alquimia para revivirla. La idea (que nunca explican del todo bien) es que sólo necesitan transmutar los elementos básicos que conforman un cuerpo humano (que ciertamente son sorprentemente pocos y sencillos de conseguir), y “atar” el alma de su madre a ese nuevo cuerpo; Edward cree que con una gota de sangre de cada uno de ellos bastará para “pagar” por el precio de tal atadura. La práctica es conocida como “transmutación humana”, y está prohibidísima por las leyes de la alquimia, pero los chavos deciden intentarlo.

Por supuesto el experimento falla, creando un monstruo que tiene ciertas características humanas (y vivo además), y encima causa que Edward pierda su pierna izquerda (más o menos desde la mitad del muslo). La escena es bastante sangrienta, por cierto.

Para horror de Edward, a su hermanito Alphonse le fue peor; él pierde todo su cuerpo. Horrorizado, Edward se da cuenta de que el cuerpo de su hermano y su pierna izquierda fueron el precio que pagaron por intentar la transmutación humana, y consciente de que el alma de Alphonse no debe haberse alejado mucho todavía, sacrifica su brazo derecho (aunque de hecho estaba dispuesto a sacrificar todo su cuerpo) para poder atar el alma de su hermano a una vieja armadura que estaba ahí cerca.

Después de conseguir un brazo y pierna “biónicos” (entre comillas porque realmente son sólamente mecánicos, pero parece que la energía de las prótesis tiene que ver con la alquimia; tampoco lo explican claramente nunca), Edward y Alphonse se dirigen a los cuarteles centrales de los Alquimistas Estatales, que son básicamente una rama del ejército que emplea alquimistas. Aunque los Alquimistas Estatales son (al parecer) odiados y despreciados universalmente, Edward decide ir ahí porque sabe que si se convierte en Alquimista Estatal tendrá los recursos suficientes para investigar y descubrir cómo recuperar el cuerpo de Alphonse. Y todo está ligado a la mítica Piedra Filosofal, por supuesto.

La serie sigue a los hermanos teniendo aventuras en distintas regiones del país donde viven, y enterándonos de las guerras, políticas e intrigas del gobierno, de los refugiados de Ishbala (una minoría que fue masacrada genocidamente en varias guerras), de los Homunculi (monstruos creados cuando alguien intenta la transmutación humana), y de los distintos grupos que buscan desesperadamente la Piedra Filosofal.

La serie es muy emocionante, y las peleas suelen ser muy entretenidas porque en general cada alquimista utiliza sus poderes de forma distinta. Hay mucha acción en casi todos los capítulos, y como dije arriba en general el sentido del humor es muy bueno durante gran parte de la serie.

Me eché la serie completita y la película Conqueror of Shamballa. Y después de hacerlo, la pregunta evidente es, ¿es Fullmetal Alchemist la mejor serie de animé que yo haya visto?

No. Sigue siendo mejor Cardcaptor Sakura.

Muchos (la enorme mayoría) de los personajes de FMA son demasiado unidemensionales; la serie es muy inconsistente (o ambigua) con muchas cosas; quedan un montón de hoyotes al final de la película, no digamos de la serie; y muchos otros detallitos.

No lo tomen a mal; creo que FMA es de las mejores series de animé que he visto. Hay un dramatismo en ciertas escenas fabuloso, y de verdad la acción, para no incluir robots gigantes en ningún momento, es increíble.

Solo que Sakurita sigue siendo mejor. Desde mi subjetivo punto de vista, por supuesto.

Además hay dos cosas que a mí en particular me incomodan con la serie. La primera es Winry, el único posible interés romántico de Edward; el tipo la abandona siempre. El romance ni siquiera es secundario en la serie; es terciario o peor. No hay romance en ningún momento, para motivos prácticos… excepto entre Edward y Alphonse.

Que es la otra cosa que no me termina de gustar; el amor, lealtad e interés de los hermanos Elric es para ellos nada más. Los dos hermanos se quieren profundamente, y están dispuestos a renunciar a su propia vida el uno por el otro. Y ya; ese amor, lealtad e interés es básicamente inexistente para nadie más.

Y no es que yo diga que hay algo malo con eso; sólo que para mí eso no funciona. Una serie cuyo principal romance sea entre dos hermanos, no, lo siento; no es lo mío. A lo mejor lo será para alguien más, pero no para mí.

Yo quiero mucho a mi hermano, y sé que él a mí; pero lo que tienen los hermanos Elric es pleitesía el uno por el otro. A mí al final me resultó incluso un poco enfermizo.

Pero independientemente de todo eso la serie es muy buena. Sólo no la mejor.

Por cierto, la música también es fabulosa; en particular Kesenai Tsumi de Nana Kitade y Melissa de Porno Graffitti me parecen de las mejores rolas J-Pop que he oído.

Sin duda alguna recomiendo la serie ampliamente; creo que cualquiera se puede divertir mucho con ella. Es muy buena.

Pero Cardcaptor Sakura sigue siendo la mejor serie de animé que yo haya visto en mi vida.

It’s alive!

Enrique y yo fuimos a reparar una computadora a la Facultad de Ciencias. Le cambiamos sus ventiladores (que estaban petrificados), la fuente de poder, corrimos e2fsck en todas las particiones, y en este momento estoy actualizándola. Cuando acabe, supongo que le actualizaré el kernel y la reiniciaré.

La verdad hasta me sentí culpable cuando vi la máquina el miércoles; la teníamos en un estado de abandono que rayaba en lo criminal.

Pero bueno, ya está viva. Espero que no la abandonemos otra vez tanto tiempo.

Jai faiv

(Las entradas que realmente quiero escribir están costándome un poquito; pero tengo un montón de cosas que quiero decir in the queue, así que escribo las cosas rápidas mientras continúo escribiendo las importantes.)

(Pongo “in the queue” porque no les voy a dar la satisfacción a mis enemigos de decir que tengo nada “en la cola”.)

Me llegó una invitación de Hi5. No es la primera, y probablemente no sea la última; sólo que generalmente se van directamente al fólder de SPAM.

No estoy registrado en Hi5, y nunca lo voy a estar. De la misma forma que no estoy en MySpace, Facebook, Orkut, Twitter o ninguna de esas madres. Que además es la misma razón por la cual mi blog lo mantengo yo y no lo tengo en Blogspot o WordPress.com, y por la cual tengo mi propio álbum y no recurro a cosas como Flickr.

Si alguien de mi viejo pasado quiere ponerse en contacto conmigo, que me mande un correo. Lo necesitan para poder hacer las invitaciones sitios como Hi5, y a mí se me hace mucho más personal y amigable que un mensaje automatizado de “hi! fulano has invited you to some crazy shit!”.

Me niego a ese tipo de “comunidades” no sólo por las cuestiones de propiedad de información; también lo hago porque su premisa suele ser pendejísima. Pero eso es material de una entrada más extensa.

Esta sólo es para decirles que si alguien me quiere tener en sus “contactos”, sólo tiene que fijarse en mi correo que aparece hasta abajo del blog, donde siempre ha estado. Esa es toda la información que necesitan.

(A veces falla el correo de Ciencias unos días; pero eventualmente siempre me llega.)