Correo a la lista de la SOMEE

Mi madre está en la lista de correo de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales (SOMEE; a eso se dedica ella), y ayer escribió un correo a dicha lista en respuesta al tenso clima que se ha dado entre los participantes de la misma.

El grupo es público y pueden leer los archivos en esta liga; pero lo que escribió mi mamá se me hizo bastante chido, así que con su autorización voy a ponerlo aquí.


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Estimados colegas:

A pesar de que tengo mucho trabajo como profesora e investigadora en la UAM-Iztapalapa, el comentario racista sobre el indio que hace[1] (hasta sin darse cuenta, creo) me hace dirigirme al foro para por favor pedirles cordura a quienes NO votaron por López Obrador. Cálmense. Este es nuestro país y aquí vamos a seguir conviviendo todos, así que entiendan por qué los que votaron por el tabasqueño del PRD creen haber sido despojados.

Les voy a explicar. Los ciudadanos que votaron por López Obrador no creen en los resultados electorales por las siguientes razones:

  1. el amañado proceso de nombramiento del Consejo General del IFE en 2003, en el que intervinieron solamente el PAN y Elba Esther Gordillo cuando ella todavía estaba en el PRI pero por su propia voz ya se sabía que era aliada del presidente Vicente Fox, así que esos consejeros, y no la institución, son quienes están en entredicho;
  2. la ya demostrada participación de las principales autoridades federales en el complot de marzo-abril de 2004 para desacreditar al entonces jefe de gobierno del Distrito Federal;
  3. el acuerdo habido en abril de 2005 entre personas representativas de los tres poderes federales para quitarle al gobernante del DF el derecho a presentarse como candidato presidencial mediante el desafuero;
  4. la intervención ilegal del presidente Vicente Fox en la campaña electoral de 2006 a través del uso de recursos públicos para denostar al principal contendiente del candidato panista;
  5. el enfoque malicioso de la campaña del PAN para presentar a un adversario leal a la democracia (porque si no lo fuera se hubiera situado al margen del proceso constitucional de las elecciones) como un peligro social;
  6. la ilegal intervención de organismos empresariales en la campaña electoral;
  7. lo que llaman “errores” del IFE en la información difundida del PREP sobre los casi 3 millones de votos “perdidos”, a lo que se agregarían otros “errores” de comunicación de un consejero presidente con evidente sesgo partidista;
  8. la descalificación de la lucha del candidato de la Coalición por el Bien de Todos por aclarar las dudas sobre la elección con el argumento de que debía aceptar su derrota desde el principio, cuando era ya evidente que las irregularidades hacían exigible el recuento total de los votos;
  9. la omisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de los principios rectores marcados constitucionalmente para la organización de las elecciones federales: certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad en la declaratoria de validez de los comicios presidenciales;
  10. el tendencioso manejo informativo de la mayoría de los medios electrónicos acerca del conflicto postelectoral; pero sobre todo,
  11. la reiterada negativa al recuento total de los votos que, por lo menos, hubiera dado certeza al proceso electoral.

Más allá de los tecnicismos legales que podrían utilizarse para desechar lo que los ciudadanos que votaron por López Obrador identifican como complot, desafuero y fraude, lo cierto es que se sienten agraviados y reclaman argumentos sólidos para tener la posibilidad de creer en las instituciones. Ellos forman parte de quienes otorgan la legitimidad política y para eso requieren tener certeza, es decir, no tener duda. Me parece que los argumentos de quienes NO votaron por López Obrador están desechando en su análisis la trascendencia del movimiento cívico popular que se formó en primer lugar con la consigna “voto por voto, casilla por casilla” y ahora con la de “sufragio efectivo, no imposición”. Mi opinión personal, si se me permite, es que ese movimiento tiene un alcance que rebasa las diferentes posiciones sobre los temas del debate en las campañas debido a que hay una ciudadanía vigorosa de todas las filiaciones partidarias que va a tratar de impedir la restauración del régimen político autoritario que se anuncia ahora desde panismo. Eso es lo que está en juego: ¿queremos de nuevo a un régimen autoritario? Yo no, porque así no puede haber ciencia política.

Les envío un saludo afectuoso a todos.

María Eugenia Valdés Vega
Profesora e investigadora del Área de Procesos Políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Iztapalapa.


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[1]Borré el nombre mencionado por mi mamá porque es parte de la discusión interna en la lista de la SOMEE y no es relevante para los puntos que mi mamá hace. El correo intacto está en el grupo de Yahoo, si quieren verlo.

Un comentario sobre “Correo a la lista de la SOMEE

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