Fui con Ana Laura a ver Una película de huevos (necesitan un flash más moderno que el que hay disponible para Linux; no tiene entrada en la IMDB aún, creo). Se aplican las advertencias de spoilers habituales.
La película me daba muy mala espina, porque era muy sencillo que hicieran una completa basura. Omar la había visto ya, y cuando le pregunté cómo estaba me dijo que no era una basura, pero que ciertamente no era tampoco muy buena. Así que fui todavía con más mala espina.
Qué película tan cagada. Me hizo literalmente llorar de la risa; pero tengan en cuenta que yo soy de risa fácil. Como sea creo que está bastante buena, aunque ciertamente pudo ser aún mejor.
Creo que la bronca es de consistencia. La película tiene chistes buenísimos, una animación sorprendente y un muy buen ritmo… a ratos. En otros ratos los chistes son sosos, la animación de hecho mala, y nada de ritmo; pero creo que, siendo justos, lo bueno supera a lo malo por bastante.
Momentos que me mataron de la risa: Willy gritando “¡Torito!” a un huevo duro, todas las escenas (básicamente dos) de Tlacua y Cuache (“no hables con los huevos compadre”, “no compadre, si toy hablando con la boca”), los huevos de confeti (“el colesterol es eterno carnal”) y, por supuesto, los huevos poetas. Y es que nada más los vi, y antes de que siquiera dijeran algo yo ya me meaba de la risa. Ah, y la tonadita “si tú me quieres, dame una sonrisa…” Fabulosa.
Merecen además especial mención la escena de la “batalla”, fusilada sin misericordia y magistralmente de Crónicas de Narnia, y el final con El Son de la Negra; y es que yo sé que soy baratísimo, pero cuando escucho las trompetas de El Son de la Negra sí me hincho de orgullo nacional.
Sin duda pudieron hacerla mucho mejor; pero es un muy buen primer intento, y hay que aplaudirlo y apoyarlo. Así que vayan a verla; no sé si sea altamente recomendable, pero creo que sí es recomendable a secas. Y apta para niños; no van a entender la mitad de los dobles sentidos, pero los papás van a estarse meando de la risa.