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GNOME 2.8.1

Hace unos meses traté de utilizar Totem [1] y Rhythmbox [2] como mis reproductores de archivos multimedia.

Dejando de lado la estabilidad (que dejaba que desear), eran increíblemente lentos, la interfaz era torpe, o al menos así la sentía, y sentía que eran difíciles de usar, comparados con la línea de comandos. Por supuesto cualquier cosa es más lenta que la línea de comandos para alguien como yo, que vengo usando Linux desde 1997, cuando los hombres eran hombres y las mujeres tenían miedo.

Para reproducir archivos de video, al inicio utilizaba Xine [3]. Tiene una interfaz con la cual es muy sencillo seleccionar subtítulos, y además es 100% GPL. MPlayer [4] tiene (o tuvo) una serie de conflictos respecto a las licencias y nunca terminó de gustarme eso.

Hay que recordar que cuando comencé a jugar con reproductores multimedia con Linux, yo utilizaba Mandrake [5], y entonces el instalar Xine y/o MPlayer era básicamente bajar el código fuente de todo, compilarlo, y esperar que todo saliera bien. Por supuesto, eso también implicaba las bibliotecas de las cuales dependían los programas, y las bibliotecas de las cuales dependían éstas a su vez. Así que me iba a decidir sólo por un reproductor, y elegí Xine.

Cuando instalé Gentoo, y viendo lo sencillo que era instalar cualquier cosa, decidí instalar Xine y MPlayer. No tardé en pasarme a MPlayer; sencillamente inicia mucho más rápido que Xine. Y me gusta que se navegue facilmente por teclado y por el control remoto. Lo único que extraño de Xine es la opción de reproducir un video a mayor velocidad.

Actualmente todos mis archivos de video se reproducen automáticamente con MPlayer si los lanzo desde Nautilus.

Cuando instalé Linux por primera vez, de hecho lo corría con runlevel 3: a la consola directamente. Creo que de hecho X lo logré levantar a la primera, incluso a 1024×768 con 16 bits de profundidad en una Trident con 1 MB de memoria (512 KB se los compré yo), pero entraba con startx cuando quería usar X. En esa época, no se usaba X todo el tiempo.

Mi primer manejador de ventanas creo que fue fvwm; no sería raro, porque RedHat 4.2 era el que traía por default. Ya investigando manejadores de ventanas llegué al rudo de esa época, que era AfterStep. Duré poco con él, porque me moví a WindowMaker. Con WindowMaker duré muchísimo; lo tenía bastante bien configurado, y era rápido como el demonio. En algún momento traté de usar Enlightenment; pero era pesadísimo. Trident con 1 MB de memoria, hay que recordar.

Al mismo tiempo que mi hardware crecía, me enteré de KDE. De hecho me enteré cuando ninguna distribución los incluía; lo cual no es difícil de entender, porque en ese entonces Qt utilizaba una licencia que impedía su libre distribución. Pero creo que sí llegué a instalarlo a pie alguna vez. No me sorprendió mucho, y regresé a WindowMaker.

Entonces salió Miguel de Icaza con su chiste de que quería que existiese un escritorio para Linux que fuera 100% software libre. Ahora, yo conozco a Miguel y a Federico, y son mexicanos como yo. Sentí que era mi deber ayudar a que GNOME se hiciera el mejor escritorio en Linux.

Buen Dios; qué horrible era GNOME al inicio.

No tenía ningún manejador de ventanas, se suponía cada quien pondría el que quisiera. El Midnight Commander hecho con Gtk+ era una porquería y merecía que se le disparase en la nuca para que tuviera una muerte sin dolor (que fue lo que ocurrió al final). Había como dos aplicaciones, y creo que las dos eran editores de texto (incluso yo hice uno). No había ningún tipo de integración, no había Drag’n’Drop, no había nada.

Pero yo utilicé GNOME. También hice trampa; soy programador. Entonces lo que hacía es que iniciaba GNOME, abría una terminal (eventualmente la Terminal de GNOME funcionó para este propósito), y desde ahí abría XEmacs. En otro escritorio virtual ponía Netscape, y ya. Estaba hecho. ¿Correo? SSH al servidor de mi facultad, donde lo leía con Gnus en XEmacs. Además, mis terminales ocupaban todo el escritorio. Pero no había problema, el escritorio lo manejaba el Midnight Commander, que como ya expliqué apestaba.

Conforme actualizaba versiones de RedHat y después de Mandrake, generalmente venían con versiones nuevas de GNOME y KDE, porque cuando el primero estuvo lo suficientemente listo como para que lo incluyeran en las distribuciones importantes, el segundo ya había logrado que Troll Tech cambiara la licencia de Qt.

Yo instalaba ambos, y siempre intentaba utilizar un rato KDE. Pero nunca terminó de agradarme; así que regresaba a GNOME. Tengo que ser sincero; no me agradaba ninguno de los dos. Yo utilizaba X básicamente por Netscape (y después Mozilla); pero todo lo demás lo podía hacer utilizando terminales. Pero sentía este deber de apoyar a GNOME, y en discusiones con geekyfriends y en listas de correo yo apoyaba incondicionalmente a GNOME. Mis argumentos iban más o menos así:

Fulano: yo creo que KDE es mejor que GNOME…
Yo: No; GNOME es mejor.
Fulano: Pero KDE está mucho más avanzado, tiene más aplicaciones, hay integración entre las aplicaciones y el escritorio, y se ve mucho mejor.
Yo: GNOME es libre.
Fulano: ¿De qué hablas? Qt ya es GPL, al igual que todo KDE.
Yo:
Fulano: ¿Canek?
Yo: Puto.
Fulano: ¿Perdón?
Yo: ¡PUTO!

Por supuesto exagero. GNOME tuvo muy buenas ideas desde el principio. Los temas existieron primero (y mucho mejor) en Gtk+ que en Qt, por ejemplo. La internacionalización que proporcionó Pango no la tuvo KDE por mucho tiempo. Pero ciertamente KDE era más maduro, estaba mejor integrado y (para el gusto de mucha gente) se veía mejor.

Cuando comencé a trabajar en Simitel, seguía utilizando Mandrake, que no pasaba por su mejor momento. Era la época en que casi se fue a la bancarrota. Además, fue la época en que me rechazaron de Nueva York y en la que acabé mi tesis y me titulé, y creo que llevaba un rato sin actualizar mi distribución de Linux. En la oficina hice unas cuantas instalaciones de RedHat, que ya llevaba GNOME 2.0, aunque altamente modificado y utilizando el tema Blue Curve, que hacía que KDE y GNOME se vieran iguales. Estaba bonito, pero no tenía nada que me impresionase.

Cuando instalé Gentoo, instalé la versión 2.2 de GNOME, pero no modificada como la de RedHat. También instalé KDE, pero GNOME ahora sí me impresionó. GDM es bellísimo (y mucho más funcional que KDM), y Nautilus funcionaba mucho mejor y más rápido que antes. Mantuve a KDE durante un tiempo, pensando que eventualmente le echaría un ojo, pero lo que ocurrió fue que al final lo quité. En Gentoo hay una razón muy buena para no tener instalado KDE; tarda años en compilarse.

Lo que más me gustó fueron las fuentes con antialiasing. El escritorio se ve bellísimo con ellas. Me gusta tanto tener las fuentes así, que utilizo una versión CVS parchada de XEmacs para que utilice también antialias en las suyas. Es la única aplicación que utilizo ahora que, salida de la caja, no soporta antialias.

Conforme ha avanzado el desrrollo de GNOME, he tratado de hacer las cosas según su filosofía. Cuando salió la versión 2.6, me pasé sin mucho patalear al paradigma espacial. Creo que soy de las pocas personas que pueden entender a los dos bandos; los que alaban hasta la ignominia a este paradigma, y los que quieren cortarle las manos al que sea que se le haya ocurrido.

La verdad es, a los power users se nos va a dificultar la transición. Pero si todo mundo fuera sincero, esos que se dicen power users si en verdad lo fueran ni siquiera utilizarían Nautilus. Utilizarían la línea de comandos.

Yo sigo siendo más rápido con la línea de comandos. Con todo y que he intentado dejar de utilizarla, o al menos utilizarla menos. Siempre tengo al menos cuatro terminales abiertas; dos con ellas con el usuario root. Y muchas veces tengo otras dos, una conectada en SSH a abulafia, y otra igual a arce0.

Sin embargo he mejorado mucho. Por ejemplo, ya no muevo archivos utilizando mv; creo que todos los archivos que he movido en los últimos meses lo he hecho con Nautilus. Todavía borro más con rm que con Nautilus, pero sí borro mucho utilizando Nautilus. Y estaba siendo muy disciplinado al utilizar el quemador de CDs integrado de Nautilus; pero parece que hay un conflicto entre cdrecord y las últimas versiones del kernel, y si no quemo con root cosas malas ocurren.

Como sea, me encanta que Nautilus genere un thumbnail de un archivo de video. Por eso instalé Totem; el otro thumbnailer que había por default recuerdo que no funcionaba muy bien. Sin embargo, configuré a Nautilus para que disparara MPlayer cada vez que abro un archivo de video, porque Totem era muy lento para que me sirviera como reproductor.

Para MP3s se dispara XMMS; pero realmente no uso XMMS. Para reproducir MP3s utilizo un programa que yo escribí que utiliza mi control remoto. Ni siquiera utiliza una interfaz gráfica.

Sin embargo, ayer descubrí algo interesante. Liliana me pidió el CD “La Fuerza del Destino”, de Fey, y teniendo los MP3s en un directorio abierto por Nautilus, se me ocurrió que quería escucharlos sin utilizar la línea de comandos (generalmente hago un madplay *.mp3). Pero si daba enter, Nautilus iba a tratar de abrir n instancias de XMMS (alguien tiene que pensar en una solución para ello; ¿cómo decirle a Nautilus que todos los archivos seleccionados se deben abrir con una sola instancia de una aplicación?); así que abrí una ventana de Totem, y seleccionando todos los MP3s los arrastré ahí.

El disco está bueno; pero el punto es que Totem me sorprendió. Está muy rápido, y se ve muy muy bien. Recuerdo que hace poquito salió una actualización, pero sólo probé si ya podía compilarlo con GStreamer como backend (no, todavía no está listo para ello). No lo probé “en serio”.

Entonces me puse a pensar si habría una nueva versión de Rhythmbox. No sólo la hay, sino que ya la tenía instalada; lo que quiere decir que era la misma que ya había probado. Pero sintiendo curiosidad, volví a probarlo. Buen Dios; qué buen programa.

No sólo está rapidísimo, sino que de hecho está fácil de usar, y tiene un par de características mucho muy interesantes. No sé si es la nueva versión de Gtk+, o la nueva versión de algunas bibliotecas de GNOME, pero mi experiencia con Rhythmbox mejoró muchísimo.

Igual y ahora sí encuentro la motivación necesaria para convertir todos mis MP3s en OGG, normalizándolos en el proceso. O al menos me encargo de que toda la información de mis archivos esté bien.

GNOME avanza muy rápido, y muy bien. Nuevas aplicaciones se ven geniales para el futuro: coaster, beagle, tomboy, f-spot. La integración cada vez es mejor, y, desde mi punto de vista, GNOME se ve muchísimo mejor de lo que se ve KDE. Y más con mi tema Lila.

Creo que elegí bien mi escritorio.

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1 Comment To "GNOME 2.8.1"

#1 Comment By khashayar On enero 1, 2006 @ 5:14 AM

i smoket wead tell i past out